Un sistema prolonga la supervivencia y funcionalidad de órganos para el trasplante

El procedimiento también puede ‘resucitar’ a los órganos obtenidos después de un paro cardíaco, lo que aumentaría el número de órganos disponibles

Un sistema prolonga la supervivencia y funcionalidad de órganos para el trasplante RIKEN

R. I.

Una nueva técnica desarrollada en el Centro RIKEN de Biología del Desarrollo (Japón) podría aliviar las lista de espera en trasplantes en todo el mundo. Tal y como explican en « Scientific Reports », el procedimiento prolonga el tiempo de vida de los órganos donados, pero también puede ‘resucitar’ a los órganos obtenidos después de un paro cardíaco. La clave, aseguran, está en no enfriar los órganos a una temperatura inferior a los 22 ° C para ralentizar así las funciones del órgano, mientras que se mantiene el suministro de oxígeno, lo mejora el éxito de los trasplantes. Este novedoso sistema, asegura el autor del trabajo, Takashi Tsuji, debería aumentar rápidamente el número global de órganos de donantes disponibles y podría incluso ser utilizado para cultivar órganos completos en 3D en el futuro.

Los protocolos actuales establecen que los órganos donados deben mantenerse a una temperatura mantenida de 4 ° C en una solución lo que hace que sus tiempos de preservación sean de 6 horas para el corazón y los pulmones, 12 horas para el hígado y 20 horas para los riñones. Ello ha hecho que desde hace años que una prioridad de los investigadores en trasplantes sea prolongar estos tiempos, ya que hace que se pierdan muchos órganos. Eso es precisamente lo que asegura haber logrado el equipo de RIKEN a través de un sistema de perfusión orgánico en 3D que suministra oxígeno al órgano del donante y lo mantiene a una temperatura ideal. Aunque de momento en ratones.

Glóbulos rojos

Los investigadores japoneses han trabajado a partir de hígados procedentes de ratones; los órganos fueron cultivados y conectados a un sistema de perfusión que permite bombear fluidos esenciales a través de los órganos, incluyendo los glóbulos rojos, que transportan el oxígeno. A continuación evaluaron la función hepática a temperaturas diferentes midiendo las concentraciones de determinados marcadores de proteínas -alanina aminotransferasa, que se eleva en los hígados disfuncionales y la albúmina, que es mayor en los hígados sanos-.

El análisis de estos marcadores, además de otros parámetros como la producción de bilis -otro signo de un hígado sano- mostró que los hígados permanecieron sanos durante más tiempo -hasta 2 días- cuando se conservaron a una temperatura de 22° cuando se añadieron los glóbulos rojos al cultivo de perfusión. Los análisis de imágenes en 3D mostraron que cuando se utilizaron los glóbulos rojos murieron menos células hepáticas y la estructura compleja de los hígados se mantuvo intacta. El trabajo también muestra que las células hepáticas enfriadas a una temperatura no inferior a 22° C comenzaron a multiplicarse y exhibir un metabolismo saludable cuando se calentaron.

Los investigadores compararon a continuación la efectividad de los hígados conservados durante 24 horas con su nuevo método con los que se conservaron 24 horas a la temperatura de estática 4°. Para estar seguros de que sólo estaban analizando la función del hígado trasplantado, eliminaron a los 7 días después del trasplante la mayoría de hígado natural del destinatario. Así vieron que apenas el 20% de las ratas que recibieron el órgano conservado a 4° sobrevivió después de esta hepatectomía parcial, mientras que el 100% sobrevivió después de recibir hígados preservados utilizando el nuevo sistema de perfusión hipotérmica que incluía los glóbulos rojos de la sangre. Un análisis minucioso posterior mostró que siete días después de la hepatectomía parcial, los nuevos hígados habían alcanzado pesos aceptables y los marcadores de la función hepática habían regresado a sus niveles normales.

El 100% de las ratas sobrevivió después de recibir hígados preservados utilizando el sistema de perfusión hipotérmica que incluía los glóbulos rojos

El equipo también probó su sistema en hígados similares a los donados después de una parada cardíaca , que en la práctica se utilizan menos debido a que están muy dañados. Cuando se añadieron glóbulos rojos, estos hígados mostraron muchas señales de la función normal después del trasplante, y la tasa de supervivencia fue del 100%, incluso después de la eliminación parcial del hígado siete días después del trasplante. Sin embargo, cuando se trasplantaron este tipo de hígados preservados a 4° o sin el nuevo sistema de perfusión, no sobrevivió ninguno de los animales después de la hepatectomía parcial.

Aunque todavía quedan muchos 'flecos' pendientes antes de que este sistema llegue a la clínica, Tsuji es optimista. «La optimización del sistema para su uso en humanos probablemente se demorará unos 3 años, momento en el que debemos ser capaces de iniciar los primeros ensayos en humanos».

Un sistema prolonga la supervivencia y funcionalidad de órganos para el trasplante

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