JET-LAG
¿Sufre de jet-lag? El flash de su cámara de fotos le ayudará a superarlo
Exponer al viajero a cortos flashes de luz mientras duerme es un método rápido y eficiente para prevenir el jet-lag
Viajar a países lejanos, ya sea por placer o por negocios, tiene una consecuencia tan común como inevitable para todos los viajeros: la descompensación horaria o ‘jet-lag’, esto es, el desequilibrio que se produce en el reloj biológico interno de toda persona cuando debe adaptarse de forma repentina a otro huso horario. El resultado es, por lo general, una sensación continuada de fatiga y somnolencia, dado que el organismo debe permanecer despierto –y alimentarse– en momentos en los que está programado para estar durmiendo. De hecho, numerosos especialistas defienden que el cuerpo necesita un día para adaptarse a cada hora de desfase por cambio de huso horario. Sin embargo, investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad de Stanford en Palo Alto (EE.UU.) han diseñado un método más rápido para superar el jet-lag. Y para ello solo hace falta el flash de una cámara de fotos.
Concretamente, el nuevo estudio, publicado en la revista « The Journal of Clinical Investigation », muestra que exponer al viajero a cortos flashes de luz mientras duerme es un método rápido y eficiente para prevenir el jet-lag.
Como explica Jamie Zeitzer, director de la investigación, «nuestro estudio muestra un nuevo método para ajustarse de forma más rápida a los cambios horarios que los habitualmente utilizados».
‘Secuestro biológico’
Los investigadores de la Universidad de Stanford llevan años estudiando cómo desarrollar un método que, por medio de la exposición a la luz, posibilite a la gente adaptarse de forma más rápida a los cambios en sus ciclos de sueño. Una ‘terapia lumínica’ que, por lo general consistente en sentarse delante de una luz brillante durante varias horas del día, ya se utiliza a día de hoy en el tratamiento de distintos trastornos del sueño. Y es que como han demostrado numerosos estudios previos, la llegada al cerebro de la luz a través de los ojos permite modificar el reloj biológico del paciente .
Sin embargo, el equipo de Jamie Zeitzer ha observado que la terapia lumínica funciona mejor por la noche, pues el ritmo circadiano, responsable del control de los ciclos de sueño, es más sensible a la luz durante la noche, incluso con los párpados cerrados. Es más; en el caso del tratamiento del jet-lag, la terapia también es más efectiva cuando se administra de forma discontinua –o lo que es lo mismo, mediante flashes.
La terapia lumínica está diseñada para acelerar el ajuste del cerebro a los cambios horarios
Jamie Zeitzer
Como explica el director del estudio, «la terapia lumínica está diseñada para acelerar el ajuste del cerebro a los cambios horarios. Así, y administrada por la noche, el reloj biológico del cerebro es engañado para que se ajuste a un ciclo de vigilia incluso cuando está durmiendo. Es como un ‘secuestro biológico’ que engaña al cerebro mientras dormimos y le hace pensar que el día es más largo de lo que es».
Sueños iluminados
Para probar su teoría, 39 voluntarios con edades comprendidas entre los 19 y los 36 años fueron sincronizados en un mismo ciclo de sueño-vigilia durante un período de dos semanas, tras el cual todos se acostaban y se despertaban a la vez. Y una vez sincronizados, recibieron terapia lumínica mientras dormían, ya fuera someterse a una exposición continua de luz durante una hora o a una secuencia de flashes de varias frecuencias durante una hora.
Los resultados mostraron que una secuencia de flashes de 2 milisegundos –esto es, similares a los de los flashes de la cámara de fotos– cada 10 segundos provoca que la aparición del sueño se retrase dos horas. Un retraso que en el caso de la exposición continua a la luz es de solo 36 minutos.
Y este mayor desfase con la luz discontinua, ¿a qué obedece? Como explica Jamie Zieter, «en primer lugar, las células de la retina que transmiten la información lumínica al sistema circadiano continúan activas durante varios minutos tras el estímulo, es decir, el flash de luz. Y en segundo lugar, al espaciar los flashes, esto es, al permitir períodos de oscuridad entre los estímulos, se facilita la regeneración de los pigmentos del ojo que responden a la luz».
Llegados a este punto, podría plantearse la posibilidad de que los flashes, lejos de cumplir con su objetivo, acabaran despertando al paciente. Pero como destacan los autores, «en nuestro estudio hemos observado que la gran mayoría de la población puede dormir perfectamente mientras se aplica nuestro método ».
Cruzar EE.UU. sin jet-lag
Y este nuevo método, ¿cómo se emplearía en el mundo real? Pues los investigadores ponen como ejemplo un viaje de Palo Alto, en California, a Nueva York, lo que supone adelantar el reloj tres horas.
Como concluye Jamie Zeitzer, «si va a volar de California a Nueva York, debe utilizar la terapia lumínica durante la noche. Y si por lo general se levanta a las ocho de la mañana, debe iniciar la secuencia de flashes a las cinco, con lo que su organismo pondrá en marcha el proceso de cambio para el nuevo huso horario».
Además, el nuevo método resulta útil no solo para los viajeros que cambian de husos horarios, sino que también puede aplicarse a la población que se ve obligada a alterar su ciclo biológico de forma continuada, caso de los trabajadores con cambios de turnos.
Noticias relacionadas