Irene, la primera niña que recibe una terapia celular pionera para prevenir el rechazo en trasplantes
Investigadores del Hospital Gregorio Marañón han desarrollado un tratamiento pionero en el mundo basado en terapia celular para prevenir el rechazo en los trasplantes de órganos
Esta terapia podría regular la respuesta del sistema inmune y evitar el rechazo y ya se están tratando a tres pacientes
Su objetivo es prolongar de forma indefinida la supervivencia del órgano trasplantado y la vida del paciente
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Una terapia celular basada en células que se obtienen de timo , un órgano situado en el corazón que pierde relevancia a medida que nos hacemos adultos, ha permitido a Irene recibir el primer trasplante en el mundo con células thyTreg para ... prevenir el rechazo inmunológico y prolongar, de forma indefinida, la supervivencia del corazón trasplantado y, por tanto, la vida del paciente.
Esta innovadora terapia y tecnología desarrolladas por el Laboratorio de Inmuno-regulación del Hospital Gregorio Marañón, dirigido por Rafael Correa , podría establecer un nuevo paradigma en el tratamiento del trasplante.
El rechazo es uno de los principales problemas cuando se lleva a a cabo un trasplante. Explica Correa que «cuando trasplantamos un órgano, se activan una serie de células del sistema inmunológico que van patrullando por el organismo y, cuando se encuentran con ese órgano trasplantado, como lo reconocen como extraño, inician una respuesta inmunitaria ».
Para prevenir el rechazo, se emplean los fármacos inmunosupresores ; sin embargo, reconoce Correa, no es una solución definitiva. «Sigue habiendo rechazo y, además, tienen muchos efectos secundarios».
Por ejemplo, la mitad de los corazones trasplantados en niños se pierden antes de los 15 años por culpa del rechazo inmunológico. «Y eso requiere disponer de más corazones para estos niños».
Desde hace tiempo los investigadores buscan una alternativa a este problema. «Se están desarrollando nuevas estrategias en las que lo que se persigue es conseguir la supervivencia indefinida del órgano trasplantado a través de inducir una tolerancia; es decir, que el sistema inmune aprenda a tolerar ese órgano extraño y así evitar la toxicidad de los fármacos inmunosupresores ».
El timo es un órgano que es muy grande en los niños, y es precisamente donde se producen las células T reguladoras y está situado justo encima del corazón
Y una de las líneas de investigación más prometedoras es un tipo específico de células que se llama células T reguladoras que lo que hacen es «regular, evitar las respuestas excesivas o inadecuadas del sistema inmune y que se ha visto que estas células T reguladoras (Treg) juegan un papel clave en prevenir las alergias, las enfermedades autoinmunes o incluso rechazo».
El proyecto, en el que ya se ha incluido a tres bebés , utiliza las propias células del paciente, que tiene un efecto supresor para evitar precisamente el rechazo.
Los investigadores españoles , en vez de utilizar sangre periférica, han buscado una fuente distinta de estas células: «El timo es un órgano que es muy grande en los niños, y es precisamente donde se producen las células T reguladoras y está situado justo encima del corazón».
El trabajo de investigación de Esther Bernaldo de Quirós , Marjorie Pion y el resto de este equipo, ha permitido desarrollar una estrategia totalmente nueva para fabricar dosis terapéuticas de células Treg a partir de un tejido que cubre el corazón y que se desecha habitualmente en el transcurso de las cirugías cardiacas infantiles: el timo.
Las células Treg obtenidas de tejido timico (o thyTreg) poseen cualidades únicas y una altísima capacidad reguladora. Gracias al protocolo que ha desarrollado este grupo, pueden adquirir miles de veces más células que las que se pueden obtener de la sangre.
En la mayoría de los casos de cirugía cardíaca, como un trasplante de corazón, los cirujanos extirpan el timo y se desecha para poder acceder al corazón. «Nosotros nos planteamos aprovechar de manera precisa este tejido que normalmente se descarta para ver si podíamos producir células T reguladoras a partir de ese órgano».
Este ensayo, el primero a nivel mundial que realiza una terapia con Treg en niños trasplantados, es también el primero que emplea en humanos células thyTreg obtenidas de tejido tímico en vez de Treg de sangr e, «con lo que se han conseguido un mayor numero de células y de mucha mejor calidad, lo que permite el uso de esta terapia avanzada en pacientes pediátricos».
Tal y como explica Correa la terapia celular con las células thyTreg puede restablecer el correcto equilibrio inmunológico y podría inhibir por completo o reducir en gran medida las respuestas inmunes responsables del rechazo, prolongando de forma indefinida la viabilidad del órgano trasplantado y con ello la vida del paciente.
Al emplear las propias células del paciente, los efectos secundarios son mínimos y esta terapia podría implantarse a corto plazo en nuestros hospitales, mejorando la supervivencia de los órganos trasplantados en el país que es líder mundial en donaciones y trasplantes realizados cada año.
De los tres niños en tratamiento, la primera en recibirlo fue la pequeña Irene, de seis meses , que nació con una cardiopatía congénita que requería un trasplante cardiaco .
La niña evoluciona favorablemente en su respuesta inmunológica y se estudia exhaustivamente cómo la terapia thyTreg puede disminuir el riesgo de rechazar su nuevo corazón, sobre todo en el primer año postrasplanteque es el periodo más crítico
En los meses siguientes a la terapia, Irene ya ha mostrado una reserva de células Treg en su organismo superior a la habitual en este tipo de pacientes que no han recibido la terapia celular, y la presencia de estas células de momento parece mantener bajo control los mecanismos inflamatorios y la proliferación de las células que podrían desencadenar el rechazo.
Destaca además que, debido a que se han obtenido una gran cantidad de células (100.000 millones) se pueden almacenar no solo para usar en este paciente en el futuro sino que los investigadores está analizando su posible uso en otros pacientes.
En este primer ensayo, señala Correa, vamos a dar solo una única dosis de células reguladoras para evitar precisamente en estos dos primeros años el rechazo, que es cuando más riesgo de rechazo agudo. «Pero dado que tenemos muchas células congeladas del paciente , nos planteamos en futuros ensayos administrar más dosis si vemos signos de rechazo o cuando el paciente sea adulto. En este ensayo hemos establecido una única dosis. El resto las congelaremos para usos futuros», indica.
Dado que tenemos muchas células congeladas del paciente, nos planteamos en futuros ensayos administrar más dosis si vemos signos de rechazo o cuando el paciente sea adulto. En este ensayo hemos establecido una única dosis. El resto las congelaremos para usos futuros
Y, por último, dado que podemos generar muchísimas miles de dosis, pensamos que las células de un paciente también podrían utilizarse. «En otros pacientes en los que el timo por ser adultos ya no es funcional o en los que no se puede hacer este tipo de intervenciones», apunta.
Correo destaca que conseguir inducir la tolerancia «reeducando» la respuesta inmune del receptor con la estrategia propuesta, podría resolver el problema de la supervivencia del injerto en estos pacientes prolongando de forma notable su esperanza de vida, y dando esperanza y una posible solución a una situación especialmente dramática para las familias de estos pacientes. «Conseguir que un trasplante de órganos sea para toda la vida, tendría un grandísimo impacto medico, económico y social ».
La relevancia de este avance médico ha sido reconocida y avalada por los mayores expertos internacionales en el campo, como la profesora Lori West , directora científica del Programa de Donación y Trasplantes de Canad á. «En el Hospital Gregorio Marañón han desarrollado una nueva terapia que puede sacar partido del carácter inmaduro del sistema inmune de los niños de forma que pueda proporcionar una alternativa eficaz a los medicamentos que normalmente se necesitan para prevenir el rechazo del trasplante».
«Asistimos a un avance médico sin precedentes que podría establecer un nuevo paradigma en el tratamiento de diversas enfermedades graves. En la era de avanzadas terapias celulares que están cambiando radicalmente el pronóstico de los pacientes con cáncer, nuestra terapia celular explota y potencia los mecanismos intrínsecos que nos proporcionan determinadas células del organismo para, sin el empleo de fármacos, restablecer la tolerancia inmunológica y el correcto equilibrio de nuestras defensas.
Confiamos plenamente en que esta terapia puede suponer toda una revolución y podría permitir el tratamiento eficaz de patologías graves como el rechazo a trasplante, los procesos autoinmunes, la enfermedad de Crohn, la enfermedad injerto contra receptor o incluso los procesos de hiperactivación inmune que son la principal causa de mortalidad en pacientes graves con COVID-19 , situando a nuestro país a la cabeza de este gran hallazgo clínico», concluye Correa.
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