CÁNCER DE HÍGADO

Investigadores españoles demuestran la eficacia del primer fármaco para el cáncer hepático resistente

Regorafenib es eficaz y seguro en el tratamiento de los pacientes con carcinoma hepatocelular resistente a sorafenib

Carcinoma hepatocelular ARCHIVO

A. OTERO

El cáncer de hígado es el sexto tipo de tumor más frecuente en todo el mundo y el segundo asociado con una mayor mortalidad. Un tipo de cáncer del que, cada año y solo en nuestro país, se diagnostican más de 5.500 nuevos casos, muy especialmente en varones –representan hasta un 72% de los casos– y personas mayores de 50 años y, además, se registran más de 4.550 decesos. Y un tipo de tumor en el que destaca, sobre todo, el carcinoma hepatocelular, que representa en torno al 90% del total de casos de cáncer de hígado y para el que no existe ningún tratamiento eficaz más allá de la administración del fármaco ‘sorafenib’. O así ha sido hasta ahora, dado que un estudio llevado a cabo por investigadores del Centro de Investigación Biomédica en Red en el Área temática de Enfermedades Hepáticas (CIBEREHD) muestra cómo el fármaco ‘regorafenib’ es eficaz y seguro a la hora de aumentar la supervivencia de los pacientes con carcinoma hepatocelular resistente a sorafenib.

Como explica Jordi Bruix, director de esta investigación presentada en el marco del XVIII Congreso Mundial de Cáncer Gastrointestinal de la Sociedad Europea de Oncología Médica (ESMO) que se está celebrando en Barcelona, «el carcinoma hepatocelular es un tipo de cáncer muy difícil de tratar. Pero ahora contamos con un agente de segunda línea efectivo, lo que es sin duda una muy buena noticia para los pacientes ».

Sin opciones terapéuticas

El tratamiento del carcinoma hepatocelular viene establecido por la administración de sorafenib, inhibidor de la tirosina quinasa con actividad antiangiogénica –es decir, inhibe la formación de nuevos vasos sanguíneos para llevar oxígeno y nutrientes al tumor– que, además de para este cáncer tipo de cáncer de hígado, también está aprobado para el cáncer renal avanzado.

Como indica Jordi Bruix, «el tratamiento sistémico para el este cáncer hepático se ha basado a lo largo de mucho tiempo en un único agente, el sorafenib, que hace cerca de una década demostró mejorar significativamente la esperanza de vida de los pacientes. Y hasta ahora, ningún otro fármaco ha superado sus beneficios».

Los beneficios de regorafenib son evidentes con independencia de la causa o la fase del tumor

Jordi Bruix

El problema es, una vez se constata la falta de respuesta al tratamiento con sorafenib, no hay ninguna alternativa para tratar el tumor. De hecho, todos los fármacos que, a lo largo de la última década, mostraban un gran potencial para el manejo de este cáncer han acabado demostrando su inutilidad en los ensayos clínicos. No así regorafenib, inhibidor multiquinasa con actividad antiangiogénica que ha demostrado su eficacia en un ensayo clínico en fase III –es decir, el tipo de estudio cuyos resultados son evaluados por las agencias reguladoras para decidir la aprobación, o no, del fármaco– bautizado como ‘Estudio RESORCE’.

Eficaz y seguro

El Estudio RESORCE fue llevado a cabo con la participación de 573 pacientes con carcinoma hepatocelular en estadio intermedio o avanzado que habían recibido tratamiento previo con sorafenib. Así, y de acuerdo con un criterio totalmente aleatorio, dos terceras partes de los participantes fueron tratados con una dosis diaria de 160 mg de regorafenib oral, mientras que el tercio de pacientes restante recibió placebo.

Al cabo de una media de 3,6 meses tras el inicio del tratamiento, los pacientes del grupo de regorafenib mostraron, comparados frente a los de la rama placebo, una reducción del 38% del riesgo de muerte y una disminución del 54% en el riesgo de progresión de la enfermedad .

Asimismo, la mediana de progresión libre de enfermedad fue de 3,1 meses para los pacientes con regorafenib, por solo 1,5 meses en el grupo placebo. Además, la supervivencia promedio se elevó hasta los 10,6 meses en la rama de tratamiento activo –frente a 7,8 meses en los participantes que recibieron placebo.

Finalmente, el 65,2% de los pacientes con regorafenib mostraron una respuesta parcial o completa o una estabilización de la enfermedad. Un porcentaje, por tanto, muy superior al observado en la rama placebo –36,1%.

Y además de eficaz, ¿el tratamiento con regorafenib fue igualmente seguro? Pues de acuerdo con los resultados, el fármaco se asoció con una mayor frecuencia de hipertensión, reacciones cutáneas en manos y pies, fatiga y diarrea. Unos efectos adversos similares a los que se observan en el tratamiento con sorafenib.

En definitiva, concluye Jordi Bruix, «los beneficios de regorafenib fueron evidentes con independencia de la causa o la fase del tumor. Además, el análisis de biomarcadores podría revelar qué subgrupo de pacientes podría lograr un beneficio aún mayor con este tratamiento».

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