CÁNCER DE HÍGADO
Investigadores españoles demuestran la eficacia de ‘nivolumab’ en el cáncer de hígado avanzado
La inmunoterapia con nivolumab constituye el mejor tratamiento para los pacientes con hepatocarcinoma avanzado que no toleran los efectos secundarios asociados a sorafenib
El cáncer de hígado es el sexto tipo de tumor más frecuente en todo el mundo y el segundo asociado con una mayor mortalidad. Un tipo de cáncer del que, solo en nuestro país, se diagnostican cada año en torno a 5.900 nuevos casos, muy especialmente en varones y personas mayores de 50 años. Y un tipo de tumor en el que destaca, sobre todo, el hepatocarcinoma –o ‘carcinoma hepatocelular’–, que representa en torno al 90% del total de casos de cáncer de hígado. La buena noticia es que ya hay fármacos inmunoterápicos –‘sorafenib’ y ‘regorafenib’– disponibles frente a este tumor. El problema es que, si bien eficaces, se asocian con numerosos efectos secundarios, algunos muy graves, por lo que se hace absolutamente necesario encontrar nuevas alternativas terapéuticas. De ahí la importancia de un nuevo estudio llevado a cabo por investigadores de la Clínica Universidad de Navarra (CUN) en Pamplona, en el que se muestra que el anticuerpo monoclonal inmunoestimulante ‘nivolumab’ es ciertamente eficaz en el tratamiento de pacientes con hepatocarcinoma avanzado.
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Como explica Bruno Sangro, co-director de esta investigación publicada en la revista « The Lancet », «hasta la fecha solo se dispone de un fármaco, sorafenib, que haya conseguido demostrar prolongar la supervivencia de los pacientes con este tumor y que no son candidatos a tratamientos como la cirugía o las terapias intraarteriales. Y recientemente, otro fármaco llamado regorafenib ha demostrado ser eficaz, si bien en un grupo seleccionado de pacientes, cuando la enfermedad progresa. Pero t anto sorafenib como regorafenib pueden tener efectos secundarios relevantes, por lo que el descubrimiento de otras terapias sistémicas eficaces es una prioridad ».
Eficaz y seguro
La aparición de un tumor maligno es, de alguna forma, el resultado de un fracaso del sistema inmunológico que protege el organismo. Como indica Ignacio Melero, co-director de la investigación, «esta circunstancia se debe, en parte, a que las células del tumor y su microambiente generan señales que apagan la actividad del sistema inmune. Se trata de los llamados ‘checkpoint’ o ‘puntos de control’ inmunológicos, moléculas que producen este tipo de señales negativas. Y los inhibidores de estas moléculas ‘checkpoint’ han revolucionado el tratamiento del cáncer por ser activos frente a una gran variedad de tumores ».
En este contexto, la Unidad de Hepatología y el Departamento de Inmunología e Inmunoterapia de la CUN lideraron hace ya unos años el primer ensayo clínico diseñado para evaluar la eficacia de la inmunoterapia con inhibidores de ‘checkpoints’ en el tratamiento del hepatocarcinoma. Y atendiendo a los buenos resultados alcanzados, han dirigido un nuevo estudio internacional para testar por primera vez el empleo del fármaco nivolumab en esta enfermedad.
Sorafenib y regorafenib pueden tener efectos secundarios relevantes, por lo que el descubrimiento de otras terapias sistémicas eficaces es una prioridad
Bruno Sangro
Concretamente, el nuevo estudio se ha llevado a cabo con la participación de más de 200 pacientes diagnosticados de hepatocarcinoma avanzado, la mayoría de los cuales presentaban metástasis –esto es, el tumor se había expandido a otros órganos distintos del hígado– y la enfermedad había progresado a pesar de la administración previa de otros tratamientos.
Los resultados muestran, como apunta Bruno Sangro, «que un 15% de los pacientes experimentó una reducción importante de la carga tumoral, esto es, lo que se denomina una ‘remisión objetiva’, incluidos algunos pacientes en los que la enfermedad desapareció por completo . Además, el efecto fue prolongado en estos pacientes respondedores, de forma que en la mitad de ellos la duración de la respuesta tumoral superó los 17 meses».
Un resultado que demuestra la gran efectividad de nivolumab y al que se suma, como destacan los autores, «que la mediana de supervivencia de los pacientes fue de 15 meses, una cifra nunca alcanzada hasta la fecha en ensayos realizados en un tipo de pacientes similar».
Es más; además de la eficacia, los resultados constatan la seguridad del tratamiento con nivolumab. Como refiere Bruno Sangro, «en esta población, el tratamiento con nivolumab se toleró muy bien: solo un 1% de los pacientes tuvo efectos secundarios sintomáticos intensos . Una proporción mayor presentó alteraciones analíticas que en pocos casos obligaron a suspender el tratamiento».
¿Primera línea de tratamiento?
El siguiente paso será identificar a aquellos pacientes en los que el tratamiento es más eficaz, para lo cual ya se han puesto en marcha diversos estudios. Como informa Ignacio Melero, «por el momento solo disponemos de datos sobre el efecto de la presencia del marcador PD-L1 en las células tumorales, y los resultados indican que su ausencia no excluye la posibilidad de obtener una respuesta adecuada».
Sea como fuere, concluyen los autores, «los resultados del estudio indican que l a inmunoterapia con nivolumab constituye el mejor tratamiento disponible para los pacientes con hepatocarcinoma avanzado que no toleran los efectos secundarios del tratamiento con sorafenib y que es una alternativa razonable a regorafenib para aquellos que toleran sorafenib pero han progresado ».
Es más; los investigadores también están evaluando la posibilidad de empleo de nivolumab en primera línea de tratamiento, para lo cual están llevando a cabo un ensayo clínico aleatorizado en fase III en el que se comparan ambos tratamientos.