Un estudio sugiere que el SARS-CoV-2 podría haber llegado a Europa en noviembre de 2019
Aunque la vigilancia dedicada y el rastreo de contactos no halló la transmisión local antes de la segunda quincena de febrero en Europa, existe evidencia que sugiere el SARS-CoV-2 circuló a principios de enero de 2020 en el este de Francia y en diciembre de 2019 en el norte de Italia
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¿Es posible que el SARS-CoV estuviera en Europa ya en noviembre de 2019 ? A tenor de los datos de un estudio publicado en « European Journal of Epidemiology » no parece descabellada esta idea.
El trabajo, realizado a partir de muestras de ... suero recolectadas rutinariamente en 9.144 adultos de una cohorte de población general francesa (Constances), ha identificado 353 participantes con una prueba IgG anti-SARS-CoV-2 positiva.
Nada anómalo si no fuera porque esas muestras se obtuvieron entre el 13 entre noviembre de 2019 y enero de 2020 y se confirmaron mediante pruebas de anticuerpos, un mes antes de que se declara oficialmente el primer brote epidémico en la ciudad china de Wuhan.
Este informe sugiere que la infección por SARS-CoV-2 podría haber ocurrido ya en noviembre de 2019 en Francia . En varios participantes con resultados positivos en los test Elisa , se identificaron síntomas, antecedentes de posibles exposiciones o eventos específicos compatibles con la infección temprana por SARS-CoV-2.
No es desdeñable y, si fuera cierto que es a causa del SARS-CoV-2, «habrían tenido un problema grave de salud pública dada la capacidad de contagio del virus
Oficialmente, los primeros casos de covid-19 se detectaron el 8 de diciembre de 2019 en Wuhan , China y el primer caso documentado en Europa se informó retrospectivamente en Francia en un paciente con un diagnóstico de neumonía y un SRAS-CoV-2 positivo.
Aunque la vigilancia dedicada y el rastreo de contactos no halló la transmisión local antes de la segunda quincena de febrero en Europa, existe evidencia que sugiere el SARS-CoV-2 circuló a principios de enero de 2020 en el este de Francia y en diciembre de 2019 en el norte de Italia.
Sin embargo, sigue siendo escasa la información sobre las respuestas de anticuerpos en la etapa temprana de la propagación del SARS-CoV-2 en otros países europeos o en todo el mundo.
CONSTANCE es una cohorte de población general compuesta por una muestra representativa a nivel nacional de 215.000 adultos de 18 a 69 años en el momento de la inclusión.
Los resultados de este trabajo muestran que un 3,9 de los tenían anticuerpos IgG para el SARS-Cov-2 , y esta proporción fue progresivamente aumentado: de 1,9% en noviembre y 1,3% en diciembre a 5,0% y 5,2% en febrero y 6,7 % en la primera mitad de marzo.
Esta cifra, explica Marcos López Hoyos , presidente de la Sociedad Española de Inmunología , no es desdeñable y, si fuera cierto que es a causa del SARS-CoV-2, «habrían tenido un problema grave de salud pública dada la capacidad de contagio del virus». ¿Es posible que ya estuviera en Francia y no se hubiera detectado? Hay que recordar, añade «como estábamos en España en marzo y abril», cuando la incidencia probablemente era «mucho más baja».
De similar opinión es José Alcamí , investigador del Instituto de Salud Carlos III . «Es un poco limite; da positivos títulos de neutralización de 1/40 cuando se dan negativos en muchos laboratorios por debajo de 1/80. Si aplica un criterio más restrictivo del ELISA da solo dos casos». En su opinión, «se deberían estos datos confirmar con otros tests , analizar anticuerpos frente a otras proteínas del virus y hacer serología de contactos».
Si fuera cierto, indicaría algo que se sospecha y es que una versión previa del SARS-CoV-2 circulaba ya en otoño en China y que en esas primeras cadenas de transmisión un virus poco transmisible mutó y mejoró su capacidad de infección
¿Significa eso que el coronavirus ya había llegado a Francia, al menos, a principios de 2019 ? El estudio detalla que 11 de estos participantes revelaron síntomas «posiblemente relacionados con una infección por SARS-CoV-2 o situaciones de riesgo de posible exposición al SARS-CoV-2».
Esto, escriben los investigadores, «sugiere una circulación temprana del SARS-CoV-2 en Europa anterior a la informada».
No lo cree así el inmunólogo español para quien más bien se trata de una inmunidad cruzada; «Es decir, ya sabemos que el SARS-CoV-1 tiene reacción crazada con el 2, y puede ocurrir lo mismo con los anticuerpos».
Pero para el presidente de la SEI , la incidencia clínica, con ese porcentaje del casi 4% tenía que haber sido mucho mayor si realmente fuera SARS-CoV-2.
Por otra parte, añade Alcamí, «si fuera cierto, indicaría algo que se sospecha y es que una versión previa del SARS-CoV-2 circulaba ya en otoño en China y que en esas primeras cadenas de transmisión un virus poco transmisible mutó y mejoró su capacidad de infección ».
Recuerda este investigador que en octubre hubo unas olimpiadas militares en Wuhan a la que asistieron atletas de todo el mundo. Al regreso, «muchos tuvieron cuadros respiratorios. Es posible que el virus precursor estuviera circulando y lo que encuentran los franceses sean pacientes de esta cepa previa».
En cualquier caso, concluye, «está todo muy pillado por los pelos».
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