NEUROLOGíA

Un estudio no encuentra una relación causal entre el tabaquismo y la demencia

Las conclusiones respaldan varios estudios neuropatológicos anteriores, que no encontraron que la patología de la EA fuera más frecuente en los fumadores

Fumar no parece causar demencia en esta población Archivo

Sonia Mencía

Es un hecho irrefutable que fumar es perjudicial para la salud. Estudio tras estudio ha demostrado que fumar aumenta el riesgo de cáncer, enfermedades cardíacas, diabetes e incluso ceguera. ¿Pero también el de tener demencia? Pues… parece ser que no. Un trabajo reciente publicado en «Journal of Alzheimer's Disease» ha demostrado que fumar no está asociado con un mayor riesgo de demencia.

Son muchos los estudios previos que han encontrado una correlación entre el tabaquismo y la demencia. Sin embargo, Erin Abner, del Centro Sanders-Brown sobre el Envejecimiento (SBCoA) de la Universidad de Kentucky (EE.UU.), y sus colegas querían explorar los resultados utilizando un método diferente de análisis de datos.

«Los datos de esos estudios fueron sólidos , pero el análisis no tuvo en cuenta la idea de un riesgo de mortalidad en competencia, que consideramos como un factor importante a considerar en este caso, ya que fumar está tan fuertemente asociado con la muerte temprana », afirma Abner.

Los datos demostraron que fumar estaba asociado con un riesgo de muerte más temprana, pero no por demencia.

El riesgo en competencia es un concepto complicado que puede cambiar la forma en que se «cuentan» los datos en un estudio y, en última instancia, cambiar las conclusiones del estudio.

«Si, por ejemplo, estuviéramos estudiando las muertes por cáncer y el hábito de fumar, y una de las personas del estudio muriera de una enfermedad cardíaca, ¿qué hacemos con los datos de esa persona? –se pregunta Abner-. Es posible que esa persona no pueda morir de cáncer debido a un evento en competencia (muerte por enfermedad cardíaca). Si ignoramos esa información, los datos no cuentan la historia correcta».

«En el caso de nuestro estudio, si fumar mata a alguien antes de que muestre signos de demencia, ¿cómo se puede contar con precisión a esa persona?. Creemos que esas muertes deben tenerse en cuenta al predecir el riesgo de demencia».

Para responder a esa pregunta, examinaron datos longitudinales de 531 personas, cognitivamente normales, que formaron parte del estudio SBCoA BRAiNS, que ha seguido a cientos de voluntarios un promedio de más de 11 años para explorar los efectos del envejecimiento en la cognición. Utilizaron un método estadístico llamado Análisis de riesgo competitivo para determinar si había una conexión entre fumar y la demencia una vez que se incluyó el riesgo competitivo de muerte.

Los datos demostraron que fumar estaba asociado con un riesgo de muerte más temprana, pero no por demencia. Curiosamente, sus conclusiones respaldan varios estudios neuropatológicos anteriores, que no encontraron que la patología de la EA fuera más frecuente en los fumadores. «Para ser claros, absolutamente no estamos promoviendo fumar de ninguna manera -subraya Abner-. Estamos diciendo que fumar no parece causar demencia en esta población».

No estamos promoviendo fumar de ninguna manera, estamos diciendo que fumar no parece causar demencia en esta población

Abner también señaló que, si bien el Análisis de riesgo competitivo es bien conocido y se ha adaptado con éxito en otras áreas de investigación, no es el enfoque estándar en el campo de la investigación de la demencia, donde el riesgo competitivo de muerte está siempre presente.

«Si bien los resultados de nuestro estudio podrían influir en la política y la práctica para dejar de fumar, creemos que la consecuencia más importante de nuestro trabajo es demostrar cómo este método podría cambiar la forma en que abordamos la investigación de la demencia y abogar por su adopción en las áreas de estudio apropiadas».

Abner señala que este no es un estudio basado en la población, lo que significa que los resultados no se aplican necesariamente a todos los grupos de personas de la misma manera. «Sin embargo, la falta de datos neuropatológicos, que es el diagnóstico estándar para confirmar las correlaciones en un gran estudio poblacional, es una barrera importante y siempre presente para los investigadores de demencia».

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