El ejercicio de meditación que reduce el dolor crónico y el abuso de analgésicos opioides

Los efectos de la terapia mindfulness duran hasta nueve meses, según un estudio

ABC

C. G.

El mindfulness , una forma de meditación de atención plena cada vez más popular que consiste en fijar la atención en el momento presente, con aceptación y sin juzgar, puede reducir el dolor crónico y el uso indebido de analgésicos opioides , según una nueva investigación publicada en la revista «JAMA Internal Medicine».

Esta práctica ya ha demostrado beneficios para reducir el estrés, la ansiedad y la preocupación , así como para eliminar los pensamientos negativos o mejorar la calidad del sueño . Ahora, los resultados de un nuevo ensayo clínico demuestran que una terapia de ocho semanas basada en mindfulness (Mindfulness-Oriented Recovery Enhancement MORE) disminuye el uso y el abuso de opioides al tiempo que reduce los síntomas de dolor crónico, con efectos que duran hasta nueve meses . Se trata del primer ensayo clínico a gran escala que demuestra que una intervención psicológica puede reducir simultáneamente el uso indebido de opioides y el dolor crónico entre las personas a las que se les recetaron analgésicos opioides.

El estudio siguió a 250 adultos con dolor crónico en terapia con opioides a largo plazo que cumplieron con los criterios de uso indebido de estos fármacos. La mayoría de los participantes tomaban oxicodona o hidrocodona , reportaron dos o más condiciones dolorosas y cumplieron con los criterios clínicos de depresión mayor. Más de la mitad de los participantes también tenían un trastorno por uso de opioides diagnosticable.

Los participantes del estudio fueron asignados al azar a un grupo de psicoterapia de apoyo estándar o a un grupo mindfulness. En ambos casos participaron en ocho sesiones grupales de dos horas semanales, así como 15 minutos de tarea diaria. Las sesiones se llevaron a cabo en consultorios médicos, el mismo entorno clínico donde los pacientes recibieron su tratamiento del dolor con opioides.

Los investigadores evaluaron durante nueve meses el uso indebido de opioides de los participantes, síntomas de dolor; depresión, ansiedad y estrés; y la dosis de fármacos. El deseo de opioides se midió en tres momentos aleatorios del día mediante un mensaje de texto enviado a los teléfonos inteligentes de los participantes.

Nueve meses después de terminar el período de tratamiento, el 45% de los participantes del grupo mindfulness ya no abusaba de los opioides , y el 36% había reducido su uso a la mitad o más. Estos pacientes tenían más del doble de probabilidades que los de psicoterapia estándar de dejar de abusar de los opioides al final del estudio. Además, los participantes del grupo mindfulness reportaron mejoras clínicamente significativas en los síntomas de dolor crónico , disminución del ansia de opioides y reducción de los síntomas de depresión a niveles por debajo del umbral del trastorno depresivo mayor.

«MORE demostró uno de los efectos de tratamiento más poderosos que he visto», asegura Eric Garland, autor principal del estudio, director del Centro de Atención Plena y Desarrollo de Intervención de Salud Integrativa de la Universidad de Utah y el investigador más prolífico sobre atención plena en el mundo. «No hay nada más que funcione tan bien para aliviar el dolor y frenar el uso indebido de opioides», añade.

Garland cree, basándose en investigaciones anteriores, que los beneficios sostenidos podrían estar relacionados con la capacidad de la terapia MORE para reestructurar la forma en que el cerebro procesa las recompensas, ayudando a los participantes a pasar de valorar las recompensas relacionadas con los fármacos a valorar las recompensas naturales y saludables, como una bonita puesta de sol, el florecimiento de las flores primaverales o la sonrisa en el rostro de un ser querido.

MORE combina la meditación, la terapia cognitivo-conductual y los principios de la psicología positiva en un entrenamiento secuenciado en mindfulness.

A los participantes se les enseña a analizar la experiencia del dolor o las ansias de opioides desde el punto de vista sensorial, "acercando" lo que sienten y clasificándolo en diferentes sensaciones como calor, tirantez u hormigueo. Están entrenados para notar cómo esas experiencias cambian con el tiempo y para adoptar la perspectiva de un observador . También aprenden a saborear experiencias placenteras, saludables y que afirman la vida, amplificando la sensación de alegría, recompensa y significado que puede surgir de los eventos cotidianos positivos. Finalmente, a los participantes se les enseña a reformular los eventos estresantes para encontrar un sentido de significado frente a la adversidad, para reconocer lo que se puede aprender de los eventos difíciles y cómo lidiar con esas experiencias puede fortalecer a una persona.

«En lugar de quedar atrapados en el dolor o el anhelo, enseñamos a las personas cómo dar un paso atrás y observar esa experiencia desde la perspectiva de un testigo objetivo. Cuando son capaces de hacer eso, las personas comienzan a reconocer que quienes son realmente está por encima de cualquier pensamiento o sensación. No se definen por sus experiencias de dolor o anhelo, su verdadera naturaleza es algo más», explica Garland.

Las personas que experimentan dolor crónico y uso indebido de opioides suponen un desafío, ya que se ha demostrado que el trastorno por uso de opioides aumenta la sensibilidad al dolor, lo que a su vez promueve un mayor uso indebido de opioides. Al reducir simultáneamente el dolor y el uso de estos fármacos, el autor considera que la terapia MORE puede ofrecer una intervención eficaz, económica y que salva vidas para ayudar a detener la actual crisis de opioides .

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