¿Cómo erradicar la hepatits C en España? aprovechando el cribado de covid-19
¿Es posible erradicar la hepatitis C en España? La respuesta es sí, pero más tarde de lo que se pensaba
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Hace unos días un grupo de expertos planteaba un propuesta audaz para lograr la erradicación del virus de la hepatitis C en España. Para recuperar los meses perdidos por la pandemia de covid-19 apostaron por aprovechar los test masivos y la campaña de vacunación frente a la covid-19 para identificar a aquellas personas portadoras del virus.
Lo respaldaron un grupo de especialistas reunidos en una jornada virtual celebrada por la Alianza para la Eliminación de las Hepatitis Víricas en España , AEHVE. Los expertos estimaban que la experiencia y los avances en pruebas diagnósticas propiciados por la pandemia pueden ser de utilidad y aplicables a las estrategias de microeliminación.
Proponen convertir el impacto negativo de la pandemia en una oportunidad positiva para la estrategia de macroeliminación (en población general).
¿Cómo? Aprovechando para el diagnóstico del VIH y las hepatitis B y C las pruebas serológicas previas que serán necesarias en la vacunación frente a la covid-19. Una posibilidad que, a pesar de las dificultades, consideran factible y que reforzaría el liderazgo de España en la carrera de las grandes naciones comprometidas con el objetivo de la eliminación de la hepatitis C.
En este sentido, la directora del Plan Nacional de VIH y hepatitis C , Julia del Amo, señaló que « la pandemia nos ha enseñado que es posible descentralizar la atención y las pruebas médicas y que ha habido una revolución en puntos de atención sanitaria y test rápidos, algo que puede ser aplicable a todas las enfermedades y especialmente a las infecciosas ».
Una idea que ahora recoge la iniciativa de salud ChanCe , que también apuesta por aprovechar la gestión de la pandemia de la covid-19 para incidir en el diagnóstico oportunista de la hepatitis C. Su objetivo es no dar ni un paso atrás en los avances logrados en los últimos años para eliminar la hepatitis C y contempla incluir en los test serológicos del SARS-CoV-2 una prueba conjunta que, afirman los expertos, es sencilla, eficaz, accesible y sin un coste adicional relevante, de apenas 1 euro por paciente.
La crisis sanitaria causada por la covid-19 ha impactado de forma severa en las estrategias de macro y microeliminación de la hepatitis C en España, provocando un retraso que los expertos estiman en alrededor de un año, pero que consideran que podría recuperarse en pocos meses.
Su objetivo es no dar ni un paso atrás en los avances logrados en los últimos años para eliminar la hepatitis C y contempla incluir en los test serológicos del SARS-CoV-2
La iniciativa Chance cree que hay que aprovechar esta oportunidad única de vincular el cribado del virus SARS-CoV-2 al cribado del VHC. «Hay muchas personas que están, por uno u otro motivo, fuera de los sistemas de salud, vulnerables o no, y esta ocasión nos permitiría acceder a ellos», afirmó Javier Crespo, del Hospital Universitario Marqués de Valdecilla .
María Buti, del Hospital Universitario Vall d’Hebron , recordó que la mayoría de los pacientes con riesgo para la transmisión del virus no pasan por los circuitos sanitarios convencionales.
Con la Atención Primaria saturada y volcada en la atención de los pacientes con covid-19, la petición de las pruebas diagnósticas de hepatitis C se ha reducido de forma ostensible , descendiendo prácticamente al mínimo en los meses de impacto más duro de la pandemia e impidiendo por tanto avanzar en la estrategia de macroeliminación (en población general) al ritmo previsto.
Hay muchas personas que están, por uno u otro motivo, fuera de los sistemas de salud, vulnerables o no, y esta ocasión nos permitiría acceder a ellos
Además, los esfuerzos en microeliminación (en grupos vulnerables) también se han visto afectados, provocando una menor capacidad de diagnosticar casos nuevos y garantizar la continuidad del tratamiento hasta la curación.
Sin embargo, en esta situación provocada por la pandemia, los expertos coinciden en encontrar oportunidades y algunas razones para el optimismo, hasta el punto de que ven factible que se pueda avanzar mucho más rápido en los próximos meses. Para ello, consideran, será crucial el ambiente social que se ha generado, mucho más favorable a todos los programas e inversiones en Salud Pública.
La iniciativa ChanCe recoge 10 recomendaciones para mejorar el diagnóstico de la hepatitis C y avanzar en su eliminación en la actual coyuntura sanitaria , con el objetivo de que puedan ser implementadas en cada comunidad autónoma en cuanto la situación epidemiológica lo permita.
Ligar el cribado del virus SARS-CoV-2 al cribado del VHC puede ser una acción efectiva, sencilla y económica; ya que el cribado de la hepatitis C puede hacerse con la misma gota de sangre utilizada para el SARS-CoV-2 y su coste es de un euro adicional por prueba, lo que ofrece una muy buena oportunidad para llevar a cabo un screening de hepatitis virales que permitirían dar un salto decisivo en la eliminación de la hepatitis C.
Pretendemos retomar los esfuerzos de eliminación frente al virus de la hepatitis C y no dar ni un paso atrás en su diagnóstico
Las recomendaciones incluyen, por ejemplo, normalizar, lo antes posible, la asistencia sanitaria a las patologías no relacionadas con la covid-19; reactivar y reforzar los planes de eliminación de la hepatitis C; llevar a cabo la determinación de la infección por VHC en los pacientes ingresados con neumonía por covid-19; poner en valor el papel de la Atención Primaria en el diagnóstico de patologías infecciosas como la hepatitis C y dotarla de los recursos necesarios para su desempeño, o instar al Ministerio de Sanidad y al Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud a ejercer el liderazgo en los programas de diagnóstico de la hepatitis C y a tomar una decisión rápida respecto al cribado poblacional por edad.
Con el proyecto ChanCe, resalta el doctor Javier Crespo, «pretendemos retomar los esfuerzos de eliminación frente al virus de la hepatitis C y no dar ni un paso atrás en su diagnóstico».
«El programa de eliminación del virus de la hepatitis C en España iba francamente bien. Si perdemos un año no es un año, es mucho más, porque pierdes la oportunidad de diagnosticar a una parte de la población vulnerable que solo viene ocasionalmente al sistema sanitario», destaca este especialista.
«Lo que planteamos es la oportunidad de que, si estás pinchando a la población para determinados anticuerpos de la covid, hagamos también la prueba de la hepatitis C. Las enfermedades infecciosas siguen estando ahí; la covid es muy importante y hay que controlarla, pero todas las demás también», valora Ángel Gil de Miguel, catedrático de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid .
En mayo de 2016, la Asamblea Mundial de la Organización Mundial de la Salud (OMS) fijó el objetivo de eliminar la hepatitis C en 2030. Hasta la llegada de la pandemia por Covid-19, España era el segundo país mejor situado en la consecución de este objetivo. Concretamente, en el 2019, se estimaba que España eliminaría la hepatitis C en el año 2023.
En palabras de Ángel Gil, «la pandemia ha alterado de forma significativa la evolución positiva que España había experimentado en el camino hacia la eliminación de esta enfermedad en los últimos años».
La pandemia ha alterado de forma significativa la evolución positiva que España había experimentado en el camino hacia la eliminación de esta enfermedad en los últimos años
La hepatitis C es una enfermedad viral crónica para la que no existe vacuna, pero sí un tratamiento que la cura en más del 98% de los casos. En España, desde la aparición de los antivirales de acción directa (ADDs) y gracias al Plan para el Abordaje de la Hepatitis C en el Sistema Nacional de Salud se han tratado y curado más de 135.000 personas. La hepatitis C es una causa frecuente de cirrosis hepática y cáncer de hígado y es la responsable del 20% de los trasplantes hepáticos en España.
Pero, «para conseguir estos objetivos, es necesaria la identificación de pacientes que padecen esta enfermedad y lo desconocen. Por ello, es evidente el riesgo que conlleva, en términos de morbimortalidad y de transmisión de la enfermedad, la paralización de las estrategias de diagnóstico y tratamiento de la hepatitis C», señala Crespo.
Ver lo positivo en lo negativo, concluye Crespo: « debería considerarse la posibilidad de ver la gestión de la covid-19 como una oportunidad para incrementar el diagnóstico y avanzar en la eliminación de la hepatitis C a través de determinaciones masivas de VHC (VHB y VIH) en todos los pacientes sometidos a test serológicos del SARS-CoV-2».
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