La mortalidad por cáncer de pulmón en las españolas es la única que sigue subiendo
Un estudio muestra que decir adiós al tabaco regenera las células que podrían causar tumores
La mortalidad por cáncer de pulmón en las mujeres es la única que subió durante el último año, debido, en gran medida, a la incorporación en masa de la mujer al hábito tabáquico en los años 70-80. Esta es una de las conclusiones del informe «Las cifras del cáncer en España 2020» , presentado ayer por la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), como antesala del Día Mundial de la enfermedad que se celebra el próximo 4 de febrero.
El número de casos de cáncer diagnosticados, aunque en global es todavía mayor en hombres que mujeres, se está equiparando. Una de las principales razones de este continuo aumento de la incidencia femenina es el incremento del número de casos de cáncer de pulmón, que ha pasado a ser el tercer tumor con mayor incidencia en las españolas, después del de mama y el colorrectal, debido al consumo de tabaco. «En los hombres, la epidemia fue anterior y ya lleva años en descenso. Los datos son contundentes: uno de cada cinco fallecimientos por cáncer en Europa serán por el consumo de tabaco», indicó ayer el presidente de la SEOM, Álvaro Rodríguez-Lescure.
Vida saludable
Pero además del hábito de fumar existen otros factores de riesgo, como el sedentarismo, la obesidad, la mala alimentación, el alcohol o la exposición al sol sin protección. Un estilo de vida saludable puede evitar un 40% de los cánceres. «Hoy ya disponemos de evidencia suficiente para asociar de manera causal la obesidad con al menos nueve tipos de cáncer y saber que su impacto en la incidencia es de unos 450.000 casos de cáncer anuales en el mundo. Por ello, es importante tomar medidas para evitar la obesidad», recordó Rodríguez-Lescure.
La edad también condiciona la probabilidad de desarrollar un cáncer. El riesgo aumenta de forma importante a partir de los 45-50 años. Desde el nacimiento hasta los 80 años, los hombres tienen un riesgo de desarrollar cáncer de un 41,7% y las mujeres de un 27,3%. A los 85 años, estos valores aumentan hasta el 49,9% en los hombres y el 32,2% en las mujeres. Los cánceres más diagnosticados en España en 2020 serán el cáncer colorrectal, próstata, mama, pulmón y vejiga urinaria.
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La buena noticia en este campo surgió ayer precisamente de un estudio publicado en «Nature», que advirtió que nunca es tarde para dejar de fumar. Un equipo de investigadores del Instituto Wellcome Sanger y el Colegio Universitario de Londres, ha descubierto que, en comparación con las personas que siguen fumando, aquellas que han dejado el hábito tienen más células pulmonares genéticamente saludables. Es decir, permitir que células nuevas y saludables repongan el revestimiento de las vías respiratorias podría ayudar a proteger contra el cáncer.
El daño al ADN en las células que recubren los pulmones hace que se produzcan errores genéticos y, de hecho, algunos de estos son «mutaciones impulsoras» , pequeños cambios que aportan a la célula una ventaja de crecimiento. Y, en ocasiones, una acumulación de estas mutaciones permite que las células se dividan sin control y se conviertan en cancerosas. Sin embargo, cuando una persona deja de fumar se evita en gran medida el posterior riesgo.
Los investigadores analizaron biopsias pulmonares de 16 personas, incluidos fumadores, exfumadores, personas que nunca habían fumado y niños. A continuación, secuenciaron el ADN de 632 células individuales de estas biopsias y observaron el patrón de cambios genéticos en las células pulmonares sanas. Hallaron que, a pesar de no ser cancerosas, más de 9 de cada 10 células pulmonares en los fumadores actuales presentaban hasta 10.000 nuevas alteraciones genéticas en comparación con los no fumadores. Estas mutaciones estaban causadas por los químicos que produce el humo del tabaco. Más de una cuarta parte de estas células dañadas tenían al menos una mutación conductora del cáncer, lo que explica por qué el riesgo de cáncer de pulmón es mucho mayor en fumadores.
Sin embargo, sorprendentemente los científicos vieron que, en las personas que habían dejado de fumar, había un grupo considerable de células que recubren las vías respiratorias que habían escapado del daño genético que causa el tabaco. Genéticamente, estas células estaban en la misma situación que las de personas que nunca habían fumado.
Los exfumadores tenían una cantidad de estas células cuatro veces más que las personas que aún fumaban, lo que representa el 40% del total de las células pulmonares en los exfumadores . «Quienes han fumado 30, 40 o más años se excusan diciendo que es demasiado tarde para dejarlo porque piensan que el daño ya está hecho. Nuestro estudio muestra que nunca es demasiado tarde: algunas de las personas habían fumado más de 15.000 paquetes de cigarrillos a lo largo de su vida, pero, a los pocos años de dejar de fumar, muchas de las células que recubren sus vías respiratorias no mostraron evidencia de daños causados por el tabaco», señala Peter Campbell, autor principal.