El 62% de los pacientes con dolor crónico en España nunca ha sido derivado a una unidad especializada
El 18% de la población española vive con dolor crónico, un porcentaje que alcanza al 37% en la infancia y el 70% en los mayores de 65% años. Dos de cada tres pacientes son mujeres
Hoy es el Día Mundial del Dolor; este año ha sido declarado Año Contra el Dolor en Poblaciones Vulnerables y se ha querido llamar la atención sobre la situación que atraviesan los colectivos más vulnerables con respecto al dolor , como ocurre con los niños, los adolescentes, los ancianos con demencia, las personas con enfermedades raras, discapacidad y enfermedad mental graves y las víctimas de la violencia, la guerra y la tortura.
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Hoy la Sociedad Española del Dolor (SED ) ha presentado los nuevos datos del «Estudio sobre las Unidades del Dolor en España: actualización de sus recursos y actividades », realizado en colaboración con el Instituto de Salud Carlos III , que refleja los retos pendientes en el abordaje de esta compleja y, a menudo, invalidante patología.
El 18% de las Unidades del Dolor españolas cubren toda la cartera de servicios necesaria para aliviar el dolor más complejo, que padece el 7% de la población.
En palabras del Juan Antonio Micó, presidente de la SED , «el manejo del dolor crónico todavía es una asignatura pendiente en España, ya que los recursos sanitarios con capacidad para prestar una atención experta e integral a los pacientes, es decir, las Unidades del Dolor multidisciplinares , son insuficientes y están desigualmente repartidas. Como consecuencia, buena parte de la población no tiene acceso a ellas y quienes sí lo tienen soportan tiempos de demora en la atención muy excesivos. Por tanto, el dolor crónico sigue siendo incomprendido, infradiagnosticado, infra tratado y con frecuencia precariamente atendido en nuestro país».
Solo el 12,8% de los pacientes que se derivan a las Unidades del Dolor provienen de su médico de familia, pero cualquier médico puede solicitar la colaboración de estas unidades
Por su parte Víctor Mayoral, secretario general de la SED , ha manifestado la necesidad de mejorar el abordaje del dolor por parte del sistema sanitario español a través de la generalización de las Unidades del Dolor y una mejora en la dotación de las mismas.
Mayoral ha recordado que «el dolor crónico es una patología muy estresante para los pacientes y sus familias , por lo que ofrecer un abordaje integral, que tenga en cuenta aspectos emocionales y sociales resulta de gran importancia.
Sin embargo, esta atención global también pasa por formar al resto de los profesionales sanitarios para aumentar la comprensión y trabajar en la coordinación entre niveles asistenciales y especialidades , de modo que los pacientes dejen de tener que enfrentarse a un verdadero periplo antes de ser evaluados y tratados con los mejores métodos disponibles y con un enfoque biopsicosocial».
El 62% de los pacientes con dolor crónico nunca han sido derivados a una Unidad del Dolor
Además de las especialidades médicas relacionadas con el dolor, estas unidades cuentan obligatoriamente con psicólogos clínicos propios, «siendo muy recomendable que también dispongan de terapeutas ocupacionales y fisioterapeutas especializados en dolor crónico », según ha comentado Mayoral.
Ana Llorens , que pertenece a ese 7% de casos complejos , padece gastroparesia y pseudo-obstrucción intestinal crónica, por lo que su alimentación e hidratación están limitadas, tardó 3 años en recibir el tratamiento adecuado. Su equipo de Medicina Digestiva la derivó a una Unidad del Dolor y, posteriormente, a una de alta complejidad. Tres años en los que tuvo que interrumpir su vida.
El 70% de los centros sanitarios españoles consideran que no disponen de los recursos necesarios para abordar correctamente el dolor de sus pacientes
«Necesitamos que nos escuchen , que nos crean y que entiendan que el tratamiento del dolor debe ser integrante del mismo desde el momento del diagnóstico, que tratarlo es tratar nuestra enfermedad y no solo un síntoma secundario. Durante 12 años sentí mucha incomprensión, hasta que comenzaron a tratarme del dolor. Mi enfermedad no tiene cura (por ahora), pero desde que no siento apenas dolor, he podido recuperar mi vida».