SALUD

Vitrificación de óvulos, un fenómeno al alza

El retraso de la maternidad y los problemas asociados han hecho que cada vez sean más las mujeres que deciden congelar sus óvulos para preservar su fertilidad

El doctor Pedrero en su laboratorio L.V.

Macarena García

Cádiz

En el año 2020, 5.480 mujeres en España decidieron vitrificar sus óvulos. En 2013 apenas llegaban al medio millar. Es una técnica por la que se extraen los óvulos de la mujer en edad fértil y se congelan por causas médicas o en el caso de que quiera retrasar su maternidad. La provincia de Cádiz no se ha quedado a la cola de este fenómeno. Sergio Pedrero, director del laboratorio de fecundación in vitro y confundador de la Unidad de Reproducción Asisitida del hospital López Cano de Cádiz, ha observado que «en los últimos años, la vitrificación ha aumentado más de un 100%». Algunas de las causas, en la opinión del doctor Pedrero, es que «la incorporación de la mujer al mundo laboral retrasa la edad de la maternidad». En este sentido, las campañas publicitarias de las clínicas de reproducción animan a la congelación de ovocitos «porque se congela la calidad del óvulo». De esta manera, «la mujer puede realizar su vida profesional, personal y cuando desee ser madre tiene la fertilidad preservada. Es parar el reloj biológico de la mujer».

Y es que la inestabilidad profesional y las dificultades para conciliar hacen que cada vez las mujeres retrasen más su maternidad. Un fenómeno creciente en España y que tiene su reflejo en la provincia de Cádiz. En 1992, la edad media de las madres primerizas era de 26,47 años. Treinta años más tarde, se ha retrasado hasta los 30,69. De los 8.669 bebés que nacieron en la provincia en 2022, 2.442 lo hicieron de mujeres entre los 35 y los 40 años (28,17% del total). Según el doctor Pedrero, «la tasa de gestacion de una paciente de 30-32 años sin problemas suele estar en torno al 40%. Si eso lo llevamos a los 40 años, la probabilidad de embarazo está en torno al 10-15%», de ahí uno de los factores clave para decidirse por la vitrificación de óvulos. Pero la probabilidad de embarazo no es la única razón. A medida que la mujer se hace mayor, los ovocitos pierden calidad: «Es una carrera contrarreloj. A nivel enfermedades genéticas, la probabilidad de problemas cromosómicos es muy alto».

Existen dos pacientes tipo que acuden a una clínica de fertilidad para este tipo de tratamiento. Por un lado, mujeres universitarias o recién terminada la carrera que una vez que entran en el mundo laboral ven las dificultades de ser madres y, después, pacientes jóvenes en procesos oncológicos y que deben someterse a un tratamiento de quimioterapia y que optan por esta fórmula para preservar su fertilidad.

Falta de información

Uno de los principales inconvenientes de la vitrificación es, según el doctor, la falta de información. En su opinión la preservación es una herramienta importantísima porque «el estigma y la presión que sufren las mujeres por ser madres es muy duro, y más cuando entran en el mundo laboral».

En cuanto al procedimiento, cuanto antes se haga mucho mejor, «por la calidad de los ovocitos, pero con 37-38 hacemos preservación». El procedimiento comienza con una primera entrevista y las primeras pruebas que consisten en una valoración ecográfica y analíticas en las que se miden varios parámetros, entre ellos la reserva ovárica de la paciente y que permite estimar la cantidad de ovocitos que se pueden extraer en un ciclo. Si todas las pruebas son correctas, se inicia la estimulación para obtener varios ovocitos que se extraen en la punción, una intervención quirúrgica muy básica. En ese mismo día, se produce la vitrificación.

El procedimiento completo suele durar en torno a mes y medio. Los ovocitos se vitrifican de manera indefinida y la mujer abona una cuota anual por custodia y mantenimiento que ronda en torno a los 400 euros anuales. En el caso de que, finalmente, la mujer no llegue a hacer uso de los ovocitos congelados, una de las opciones que se plantean es donarlos a otras pacientes en procesos de reproducción asistida y que, por diferentes motivos necesiten recurrir a óvulos de una donante que sea compatible.

El doctor Pedrero anima a las mujeres a informarse sobre la vitrificación porque «es una herramienta muy importante y, aunque se han duplicado las pacientes, el número sigue siendo muy pequeño».

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