Rocío jubilar
La Virgen del Rocío vuelve a su parroquia tras trece horas de procesión por Almonte
Almonte no aguantaba más y a pasadas las 7:15 accedía a la Parroquia de la Asunción para sacar a su Patrona
Ha amanecido en Almonte con la fuerza de la estrella más poderosa, del mayor resplandor, el que irradia la Virgen del Rocío al asomarse al dintel de la Parroquia de la Asunción después de dos años de espera. Ha sido a las 7:24 de la mañana, de forma algo prematura a lo previsto, si es que algo puede ser previsto en esta tradición que lleva a todo un pueblo a fundirse en un baile de amor y devoción con su Patrona, lo entienda quien lo entienda.
Como cantaba Senderos con aquella bellísima letra de Jesús León, se producía el milagro y llegaban los almonteños a por su Madre para pasearla por su pueblo, del que es Reina y Señora indiscutible. Un «milagro de la mañana» que en este 2022 lo es más si cabe, porque después de tantos meses agarrados a la esperanza, a la ilusión, al espejismo de algo que parecía que nunca llegaba, por fin miles de personas comparten el mismo aire sin temor y, ahora sí, se agarran a donde deseaban, a los varales de la Blanca Paloma.
Y no es que los almonteños llegaran a buscarla, no. Los almonteños han hecho guardia en las afueras de la Parroquia , han llamado a sus puertas y alrededor de las 7:15, se han cumplido sus deseos. Menos de 10 minutos han tardado en coger a su Madre, entronizada en las nuevas andas, y sacarla de la iglesia con rapidez.
En realidad, nadie ha dormido hoy en Almonte . Si acaso los bebés, que aún no son capaces de comprender lo que ocurre a su alrededor. Los demás han vivido una vigilia que comenzaba con el esplendoroso Rosario , otro momento largamente esperado, todo color y misticismo exacerbado por el entorno. El resto de la noche, desde su finalización, ha sido un ir y venir de vecinos por las calles, una espera alegre y nerviosa que denotaba ese «entripao» que el ex presidente de la Hermandad Matriz de Almonte, Juan Ignacio Reales , reconocía estar padeciendo ayer sábado a través de sus redes sociales. Todas las mariposas del orbe volaban ayer en los estómagos de Almonte.
Y ya está. Ya es una realidad y no una esperanza, ni un deseo tantas veces frustrado. La Virgen del Rocío pasea, a su manera, por las inmediaciones de la plaza que lleva su nombre, sobre un mar de brazos , de hombres y mujeres que desean «meter el hombro» para llevarla. Sobre una multitud que está poniendo a prueba esa obra de arte y de la ingeniería que es el nuevo paso de la Señora, que no ha hecho que, sin embargo, varíe un ápice el genuino procesionar de la Virgen, por unas calles en las que va creciendo el gentío y en las que resuenan las salvas con fuerzas renovadas mientras los primeros rayos del sol atraviesan las flores de papel y bañan, después de dos años de oscuridad, la divina cara de la Virgen del Rocío. Milagro de la mañana.
Noticias relacionadas