ROCÍO 2022

Almonte ya es cielo de seda para que vuele la Blanca Paloma

La villa inaugura hoy el recorrido, profusamente engalanado, que la Virgen del Rocío seguirá en su procesión como Reina el 22 de mayo

Las mujeres almonteñas llevan años de preparativos para exornar las calles de la localidad Miguel A. Jiménez

Miguel A. Jiménez / M. Humanes

Ni hay quien la lleve, ni hay quien sepa transformar un pueblo entero en una inmensa catedral de papel, madera o romero para que la magia que ya de por sí se desborda al paso de la Blanca Paloma resulte aún más deslumbrante, más conmovedora, sobrecogedora hasta el éxtasis. Sólo los almonteños –y, entiéndase, las almonteñas -. Únicamente ellos son capaces de desplegar esa alquimia de amor que sólo puede disfrutarse cada siete años , y en este caso, por esos baches que a veces impone la historia, a los nueve.

Dos años extra de ganas acumuladas, de deseos atesorados en los corazones, muchas veces rotos, magullados por las pérdidas, por la pandemia, por la soledad, por el aislamiento, por la incertidumbre… dos años extra que han explotado en una exhibición de belleza capaz de turbar a devotos y descreídos de este fenómeno incomparable que es la fe en la Virgen del Rocío .

Y se ha derramado por todas partes de mil maneras diferentes. En el barroco de los arcos de las calles Cerro, Cristo y Venida de la Virgen y los templetes de filigrana andaluza de la Placita del Bacalao y la confluencia de Cerro con Unamuno ; en el impresionante gótico de la Plaza de la ermita del Cristo y las reminiscencias andalusíes de Martín Villa , en el vibrante estreno de la calle Candelaria Coronel, con sus coloridas vidrieras y su chispeante lámpara, una delicia hipnótica que encuentra perfecta continuidad en el clasicismo de Conde Cañete y Sevilla .

Por aquí y por allá se derraman cadenetas interminables de flores de papel que las manos amorosas de las mujeres de Almonte han hecho brotar en eternos meses de espera; ángeles y querubines abrazan versos dedicados a la Patrona de Almonte - «Yo soy la flor de los campos y el lirio de los valles»-, cruces delicadamente labradas rematan cúpulas bajo las que los hombros magullados de los almonteños no sentirán peso alguno sólo por recrearla a Ella en ese juego de luces y sombras que habrá de arrancar destellos nunca antes vistos en el nuevo paso de la Virgen.

Será ese el momento tanto tiempo esperado, la culminación de un proceso que empezó hace mucho, como manda la tradición de un pueblo que, de eso, de conservar tradiciones, lleva un milenio de experiencia. Un proceso que comenzó de forma tímida , con las primeras reuniones de vecinos, la colecta mensual, la lotería y los pequeños sorteos que propician los fondos necesarios para lo que viene después: toneladas de papel de seda , de cordón de algodón, de palos de madera, de arcos de metal que hay que forrar primorosamente, a mano, centímetro a centímetro, con la misma delicadeza y precisión con la que se pintan los remates de madera o de escayola. Hasta las fachadas se blanquean en un frenesí de prisas, brochas y escaleras.

Nada aquí se hace de cualquier manera: la perfección es a lo único que se puede aspirar porque para Almonte, su Patrona no puede tener menos. Y mientras se afanaba en alcanzar lo sublime, el pueblo le ha hecho a su Madre el mayor de los regalos: la comunión de sus hijos . Porque es el proceso mismo de engalanamiento de la villa la mayor demostración de amor: el tiempo empleado, arañado de donde ya no lo hay; el desvelo porque todo esté en orden; el sacrificio y la transmisión de este acervo a las nuevas generaciones y la convivencia jovial de los vecinos que charlan, o cantan, o rezan o simplemente callan mientras abren flores y las amarran para formar guirnaldas. Pura hermandad, cooperación, convivencia que anoche se desbordaba por sevillanas en las calles aledañas a la Asunción , cuando sus vecinos veían culminados los últimos trabajos.

Ese amor materializado por fin sobre los adoquines de las calles de Almonte en bellísimos ornamentos será oficialmente inaugurado esta tarde por las autoridades municipales. Concluye una vez más el proceso y toca disfrutar de estos últimos días antes de despedirse de la Virgen, que el 29 de mayo regresará a su aldea . Y de recibir con los brazos abiertos a la multitud de visitantes que viene a maravillarse con tanta belleza, a contar las lágrimas, las esperanzas, las plegarias que penden, en forma de rosa blanca, del cielo de seda que ya es Almonte.

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