Nostalgia y esperanza se unen en una «Petalada infinita» para anunciar El Rocío 2021
La Hermandad Matriz de Almonte ha presentado el cartel con el que se proclama la llegada de Pentecostés, una obra de José Manuel Peña llena de luz y color
Cuando llegue Pentecostés y la Virgen del Rocío no asome en la madrugada por el dintel de su templo, llevará dos años sin recibir el fervor y la devoción por las calles de la aldea. Y tampoco los pétalos que materializan esos sentimientos y que caen en cascada desde los balcones y las azoteas de las casas de hermandad de las filiales, con las que demuestran su alegría sin fin por la visita de la Señora. Son esos pétalos, esos dos años de pétalos perdidos como símbolo de «todo aquello que hemos dejado de vivir», los que componen la obra con la que la Hermandad Matriz de Alm onte anuncia el próximo Rocío.
Como ocurriera el año pasado, como consecuencia de la crisis sanitaria de la Covid-19 , no habrá Romería, pero sí festividad de Pentecostés, y en la medida de lo posible, la máxima institución rociera intenta conservar una cierta «normalidad» y mantener abierta una puerta a la esperanza de una pronta resolución de la pandemia.
Por eso, hoy, en este Domingo de Resurrección que sería una auténtica fiesta para los almonteños –hay que recordar que es tradición pasar el día en el campo y por la tarde, acudir a la Parroquia de la Asunción para elegir al Hermano Mayor-, se ha presentado el cartel anunciador de Pentecostés. Es una obra del artista de Mairena del Alcor José Manuel Peña , una imagen llena de luz y color, realizada en acrílico sobre tabla, que «no es un cartel al uso, ni lo pretende», sino una representación de «todo lo que hemos dejado de vivir». «En un tiempo de oscuridades, en el que todo es penumbra, la mejor manera de hacer esa llamada a la esperanza es el color, y nuestro artista ha realizado este cartel impregnado de luz y de esperanza», ha alabado el presidente de la Hermandad Matriz de Almonte, Santiago Padil la.
«Petalada Infinita» es el nombre de la obra. El propio Peña ha explicado que sobre un lienzo en blanco ha ido esparciendo «todas esas petaladas que la Virgen no ha recibido en estos dos años» y son esos pétalos los que van «componiendo y formando recuerdos».
Como no podía ser de otra manera, en el centro de la obra encontramos la imagen de la Virgen del Rocío y el Niño formados con pétalos de rosas de color rosado, como símbolo de bondad, cariño, generosidad, ternura y, sobre todo, «respeto y admiración». A su alrededor, el camarín, con los querubines y ángeles celestiales plasmados con pétalos amarillos, ocres, naranjas, rojizos, azules y verdes, el color de la esperanza, con el que el autor del cartel ha querido hacer referencia al lema empleado por la Matriz para celebrar este «Rocío de Esperanza ».
A los pies de la Blanca Paloma , la peana convertida en pétalos de lirios morados «de color madrugada» como fondo al Santuario de la Virgen, que la espera ya hace casi un año. Al fondo, «con las puertas abiertas de par en par, se aprecia la Virgen en procesión, por las calles de la aldea, repartiendo fe y esperanza almonteña».
«El camino no podía faltar en este cartel» , ha explicado el autor. «Está delante y a la vez detrás». Las letras de Rocío no son pintadas, «sino trazadas con los surcos que van dejando a su paso los simpecados». «Sobre los trazos de Su nombre, aparecen un puñado de amapolas, margaritas y romero, flores que, año tras año perfuman ese camino de color y aroma».
Peña, que ha deseado que «este sea el último cartel que no lleve en su cuerpo la palabra romería», ha incluido dos detalles muy significativos. El primero son las gotas «sanadoras de la pandemia sobre el mundo», que caen del pico de la Blanca Paloma. El segundo, un crespón negro en uno de los varales , que simboliza el luto por todas las personas que han fallecido víctimas del coronavirus.
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