El Rocío 2022
La ilusión de las filiales más jóvenes invade El Rocío
Garrucha, Sabadell y Baeza se estrenan en solitario después de esperar dos largos años su presentación ante la Blanca Paloma
ABC retransmite en directo la procesión de la Virgen del Rocío del Lunes de Pentecostés
No hay palabras para describir el sentimiento de los peregrinos que con tanta paciencia han aguardado este momento, el del encuentro con la Reina de las Marismas a la que tanto han rezado en la distancia para que llegara este instante. El del reencuentro, el del abrazo, el del contacto sin miedo con los amigos de siempre , esos que viven en la otra punta del país, tal vez de Europa, pero a los que año tras año se ve en El Rocío. Ese es el ambiente que se vive desde ayer en la aldea, y para eso sí que hay palabras.
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Las palabras cantadas -tan diferentes- de la Hermandad de Gran Canaria-, que en la tarde del jueves traían todo el sol de las islas prendido en su Simpecado, cargado de plátanos y flores tropicales, con sus bandurrias y sus vivas agradecidos a los boyeros; las de la plata deslumbrante de la carreta de Granada, parada junto a la insular para saludarla en este Rocío jubiloso -«tu Simpecado y el mío tienen distinto color»- ; la de la caballería impecable de Gibraleón y la obra de arte que es en sí mismo el carretón de La Palma, pura belleza lenta con sus candiles encendidos y la plata refulgiendo bajo la lunita mora de la noche rociera, o Bollullos del Condado, campaniles al aire anunciando la buena nueva: que el Rocío es posible, que la pesadilla ha pasado.
De paseos tranquilos en arenas asentadas
No hay palabras y sobran todas, porque desde que empezaron a llegar las hermandades a la aldea -Almonte la primera-, la sensación es de júbilo, de alegría desmedida aunque sin aspavientos. De paseos tranquilos en arenas asentadas por un riego constante; de almuerzos en familia y cenas con sevillanas que despuntan con timidez, de visitas por tanto tiempo esperadas.
Y por fin, las campanas del Santuario Nacional repicando para anunciar al mundo que ya están aquí, cumplidoras, las más jóvenes adhesiones a la Matriz de Almonte, las filiales que en el tarde del viernes cumplen con su responsabilidad -con su sueño-, de postrarse ante las plantas de la Blanca Paloma cada una con su idiosincrasia. Y con tanto que ofrecer después de tanto tiempo. Y mientras, las hermandades llamadas a realizar su presentación se cruzan con las que llegan del camino, polvorientas y cansadas – Moguer y sus infinitos tiros de mulos; Macarena y sus carros tradicionales…-, que, educadas pese al cansancio, dejan paso a las protagonistas del día mientras los peregrinos gozan del espectáculo de tradición y fe que ofrecen, de los sonidos y los colores, porque hoy El Rocío es color y devoción por encima de todas las cosas.
Garrucha, Sabadell y Baeza ni siquiera llegaron a estrenarse en su presentación en solitario después de su nombramiento . Recibieron su título en febrero de 2019, durante la Fiesta de la Luz -la Candelaria-, y lo que vino después, ya se sabe: la oscuridad y el silencio. Hoy han abierto la primera tanda de presentaciones con absoluta brillantez, con la marisma como escenario y una multitud de testigo del cumplimiento del compromiso adquirido como filiales de la Matriz. Sumaban entre las tres 124 filiales. La 125 es Linares, que se presentará en la jornada del sábado con su madrina, Utrera.
Pero eso será mañana, con un Rocío que cambia por minutos, conforme van llegando hermandades y peregrinos. Hoy es el día de ellas, de las más jóvenes, y de un presidente de la Matriz, Santiago Padilla Díaz de la Serna, que también se ha estrenado en el lado más gozoso de la devoción rociera, ya que, desde que fue elegido, le ha tocado lidiar con el más amargo de los momentos que se recuerdan. Así ha gritado los vivas, sin importarle si le va a aguantar la voz para lo que queda de romería. Porque el mañana es incierto, pero lo único irrefutable es que hoy el Rocío es sinónimo de felicidad y que, visto lo visto, el hoy es lo único que importa.