Los productos de limpieza que nunca deberías mezclar: podrías intoxicarte
Su uso es muy común pero combinarlos puede acabar muy mal, siendo la lejía uno de los que más peligros supone al mezclarla
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Cuando limpiamos nuestro hogar, lo hacemos con la intención de higienizar o desinfectar y que el resultado sea el mejor posible. Para ello, el mercado ofrece multitud de productos de limpieza gracias a los cuales se puede eleminar casi cualquier tipo de suciedad y limpiar prácticamente todas las superficies.
Gracias al desarrollo de la ciencia y la tecnología, cada vez se crean productos más completos y con fórmulas que se mejoran constantemente, con el objetivo de cumplir las expectativas y necesidades de los consumidores. Aún así, y pese a las advertencias, son muchas las peronas que no les basta con usar un solo producto y mezclan varios, una práctica que puede ser peligrosa para la salud.
Este peligro es más propenso a aparecer con la combinación de productos de limpieza específicos que suelen estar en todos los armarios y despensas españolas y que se utilizan con mucha frecuencia. Aunque hay cientos de componentes químicos en las fórmulas de muchos de estos productos, sería casi imposible resumir todas las posibles combinaciones, por eso, te mostramos las que pueden courrir con más frecuencia.
Los productos de limpieza que no hay que mezclar nunca
Una de las mezclas más peligrosas que se pueden dar es la de la lejía con el amoniaco. Si se combinan estos dos productos desinfectantes y tan potentes se producirá una reacción de la que emana un gas de cloramina, que es tóxico al inhalarse y puede producir graves daños en las vías respiratorias y los ojos. En los casos más graves puede incluso producir axfisia.
Otra mezcla, que implica de nuevo a la lejía, sería la de este producto con el vinagre, sea de limpieza o de cocina. En este caso también se desprende un gas, esta vez el cloro, cuyos efectos son similares a los de la cloramina, amenazando mucosas, garganta, boca y ojos.
Algo parecido ocurre al combinar lejía con alcohol, otra peligrosa mezcla que debemos evitar. En esta ocasión lo que libera el 'mix' es cloroformo y ácido clorhídrico, cuyos vapores pueden producir daños en piel, ojos, pulmones, riñones, hígado y sistema nervioso. Además, es sabido que el cloroformo tiene efectos como mareos, pérdida de la consciencia, vómitos e incluso en casos muy extremos, la muerte.
Como puedes observar, la lejía es un producto peligroso al combinarlo con otros, ya que casi siempre supone alguna reacción química dañina para la salud. Incluso, al combinarla con agua caliente también emana vapores de cloro, con las consecuencias que hemos explicado recientemente.
Una mezcla popular peligrosa si no se hace correctamente
Además de la lejía, también es reseñable el peligro que supone una mezcla bastante popular por su poder de limpieza: el vinagre y el bicarbonato. Es cierto que resulta muy efectivo contra ciertas manchas y ayuda a desincrustar muchos tipos de suciedad. El peligro viene cuando hacemos esa mezcla en un recipiente cerrado ya que, debido a los vapores que emite y al calor que genera, se podría producir una explosión. Así que, a partir de ahora, si utilizas vinagre con bicarbonato para limpiar, hazlo siempre en un recipiente abierto e incluso mejor si es al aire libre o con ventilación.