DESCUENTOS ABC
Seis quejas típicas que los viajeros estamos cansados de oír
Críticas a una aerolínea, a los trabajadores del aeropuerto o al «listillo» que inventó el control de seguridad
Quienes están acostumbrados a viajar sabrán de qué va el tema: esas típicas quejas que muchos hacen criticando a una aerolínea, a los trabajadores del aeropuerto o al «listillo» que inventó el control de seguridad. A continuación van seis quejas típicas que los viajeros estamos (muy) hartos de oír.
¡Llegué al mostrador y me cobraron por no imprimir no sé qué papel!
Porque supongo que el aviso que sale mientras compras el billete de avión en determinadas compañías y los dos e-mails recordatorios que recibes antes del día del vuelo no dejan lo suficientemente claro que debes hacer el check-in online y llevar el papel impreso al aeropuerto. La gente mayor acostumbrada a hacer las cosas a la «vieja usanza» tiene un pase, pero por favor, jóvenes del mundo, ¡prestad atención a lo que pone en internet!
¡Me facturaron la maleta de mano!
Sabemos de sobra que las compañías, sobre todo de bajo coste, se ponen muy tiquismiquis con las medidas del equipaje de mano. Haced el favor de medir bien vuestra maleta y no os presentéis en la puerta de embarque con una de tamaño ataúd.
¡No me dejan llevar el bolso aparte!
Pese a que son muy pocas las compañías que lo hacen, en algunas se indica muy claramente en las condiciones de equipaje que tan sólo se permite un bulto a bordo y que el bolso también cuenta, por lo que deberá ir dentro de la maleta. Y, claro, si no se presta atención vienen los problemas y vemos a diez personas tiradas en el suelo metiéndolo todo a presión a 2 minutos del embarque.
¡Me tiraron el agua, como si fuera a hacer yo algo con eso!
Algunos tienden a tomarse todo a como algo personal y se quejan de que ellos no son químicos y no van a saber fabricar un artefacto peligroso con una botella de agua. ¡Usted se fiará de sí mismo, señor, pero el personal del aeropuerto no tiene por qué!
¡Y me tuve que descalzar, vamos, ni que fuera yo un delincuente!
Más de lo mismo...
Uy, tan barato no me fío yo...
Muchos prefieren comprar un billete más caro porque piensan que es más seguro y que «algo tan barato no puede ser bueno». Quienes están acostumbrados a viajar, saben que estos comentarios no tienen fundamento, pues la seguridad no está reñida con el precio. Llegarás igual a tu destino, el avión podrá volar igual que los demás, lo único que cambian son las comodidades de tu viaje. Además, el precio de los billetes fluctúa y, muchas veces, la persona que tienes sentada al lado en el avión ha pagado el doble que tú por el mismo servicio. En cualquier caso, lo recomendable es leer atentamente las condiciones de los billetes y utilizar una aerolínea económica como, por ejemplo, Vueling , y así encontrar la mejor opción.
¡A mí nadie me había dicho eso! ¡Son unos ladrones!
No importa cuánto te esfuerces en hacerles ver que lo anterior son quejas injustificadas o, en parte, «culpa suya» por no haber prestado atención mientras compraban el billete. Siempre tendrán preparada esta increíble excusa: ¡A mí nadie me había dicho nada! ¡Eso no lo pone en ningún sitio! Y, por supuesto: ¡Son unos ladrones, yo con esta gente no viajo más! No importa que el incidente haya sucedido en el control de seguridad, la culpa siempre será de la compañía aérea.
