El hombre que lleva 30 años visitando al pez al que salvó

¿Puede un animal establecer un vínculo de auténtica amistad con un ser humano? Es difícil pensar que no al escuchar historias como la de Dindim, el pingüino que nada 8.000 kilómetros cada año para reunirse con el hombre que le salvó. O cuando conocemos el caso de Rubio, el perro que esperó seis meses a la mujer que quería como dueña . En los últimos días se ha hecho viral otra relación que rompe moldes y que evidencia un lazo poco común entre una persona y un animal. Concretamente, un submarinista japonés y un pez .

Hiroyuki Arakawa y Yoriko son los protagonistas del relato, digno de un cuento pero real como la vida misma. Ambos han saltado la fama después de que su historia se diese a conocer a través de un vídeo de YouTube. Hiroyuki tiene 79 años y comenzó a bucear a los 18 . En cierta ocasión, hace ya tres décadas, se le encargó un trabajo en los restos de un santuario sintoísta bajo el agua; y fue allí donde conoció a Yoriko, un ejemplar de 'Semicossyphus reticulatus'. El pez estaba en apuros y el submarinista no dudó en echarle una mano.

«Estaba allí, exhausto; no podía ni siquiera buscar comida. Le alimenté con cinco cangrejos diarios durante diez días y se puso mejor», cuenta Hiroyuki, convencido de que hay algo especial entre ellos. « Diría que nos entendemos. No es que podamos hablar, sucede de forma natural », subraya el veterano submarinista, que desde entonces no ha dejado de visitar con frecuencia a Yoriko. Así fue como surgió una curiosa pero estrecha amistad, en aguas de la bahía de Tateyama, en la zona este de Japón.

Las imágenes del vídeo, que acumula más de 600.000 visualizaciones en YouTube, han impresionado a miles de personas. Permiten ver cómo el pez se acerca sin ningún temor a Hiroyuki, que incluso se anima a darle besos y caricias. « Creo que cualquiera puede conseguir la atención de un animal dándole comida , pero tocarle e interactuar con él es más complicado. Me parece que hay una especie de confianza entre nosotros. Yo diría que sabe que le salvé, que le ayudé cuando lo necesitaba. Estoy orgulloso de haberlo hecho», presume.