Un perro se reencuentra con su amo, tetrapléjico, ingresado en un hospital hace dos meses
«Es como si fuera mis manos y mis piernas. Si no voy con él me siento desnudo», ha reconocido Rodolfo Castillo tras el reencuentro con Lobo
Lobo, un pastor alemán , visita en una habitación del hospital a su dueño, tetrapléjico, ingresado hace dos meses por una llaga en el sacro.
Durante seis años, ambos han sido compañeros inseparables . El hombre se quedó en silla de ruedas hace casi dos décadas por un accidente de coche y Lobo se convirtió en su fiel ayudante.
La normativa no permite entrar a perros en los hospitales, pero han hecho una excepción en este caso, dada la estrecha relación entre el animal y su amo. « Es como si fuera mis manos y mis piernas . Si no voy con él me siento como que voy desnudo», reconoce Rodolfo Castillo, amigo y dueño del pastor alemán.
Miembros del hospital conducen al perro a la habitación en la que se encontraba su dueño. Va directo hacia la silla de Rodolfo Castillo, que se encuentra vacía, y olisquea inquieto por todos los rincones de la estancia.
«Llorando, todos llorando aquí a lágrima tendida , y yo también, que se me caían las lágrimas», confiesa Rodolfo, después del reencuentro con Lobo.
Recorre la habitación y encuentra a su amo, que se tapa, travieso, con la sábana del hospital. Pero ya ninguna barrera puede separarlos y, contento, Lobo se sube a la cama, por fin, reunido con Rodolfo.
Noticias relacionadas