La misteriosa cueva de los Templarios oculta en una madriguera
Tiene más de 700 años de antigüedad y pocos han tenido la fortuna de acceder a ella
Desde que Alicia llegara al País de las Maravillas persiguiendo al conejo blanco a través de un hoyo en la tierra, miles de niños y adultos en todo el mundo han fantaseado con vivir aventuras similares al ver madrigueras en el bosque . Y aunque en la inmensa mayoría de los casos no encontraríamos en esos agujeros más que un pequeño hogar animal, existe al menos uno en el mundo que conduce a una antiquísima cueva templaria: «The Caynton Caves», en Shropshire, Inglaterra.
El blog Bored Panda nos cuenta la historia de este enigmático lugar, tan discreto que normalmente pasa inadvertido para los caminantes que se mueven por la zona. Se trata de una construcción subterránea de más de 700 años de antigüedad , creada por caballeros de la Orden del Temple . La entrada a ella está muy restringida en la actualidad y sólo algunos privilegiados pueden presumir de haberlo hecho, pero puedes echar un vistazo a su interior gracias a este vídeo de YouTube.
Sectas religiosas, druidas y colectivos paganos quisieron hacer suya la cueva en distintas épocas, intentando convertirla en un espacio adecuado para la celebración de sus rituales. Más recientemente ha sido l a afluencia masiva e ininterrumpida de curiosos y turistas lo que ha causado problemas en el entorno, por lo que los propietarios de las tierras optaron por cerrar el grifo de forma tajante en 2012, prohibiendo el acceso de cualquier persona excepto en circunstancias especiales.
Según el testimonio aportado por algunos de los que han podido entrar, «The Caynton Caves» están menos de un metro bajo el suelo, perfectamente escondidas en un rincón de un bosque frondoso . En su interior reina un silencio impresionante y absoluto, casi sobrecogedor. «Considerando su antigüedad, está en unas condiciones increíbles. Es como un templo subterráneo», señala el fotógrafo Michael Scott, «hay algunas arañas en las paredes, pero eso es todo. Estaba lloviendo, pero la cueva estaba seca por dentro».
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