La entrañable historia de amor de los abuelos que no soportaron estar separados
No pasaron un día lejos del otro en 68 años y murieron con pocas horas de diferencia
No existe en el mundo una fuerza comparable a la del amor. Cuando dos personas se aman son capaces de todo para estar juntas; y al mismo tiempo, no existe para ellas condena más dolorosa que la distancia. Así lo demuestra la historia de George y Dorothy Doughty , dos enamorados que no pasaron más de 24 horas sin verse durante sus 68 años de relación y que murieron con tan sólo 10 horas de diferencia. Un precioso relato que conocemos a través del blog Blazepress .
El suyo fue un amor único, digno de inspirar una película. El primer marido de Dorothy murió combatiendo en la Segunda Guerra Mundial; y George, que era compañero suyo, decidió escribir a la joven viuda para expresar sus condolencias. El intercambio de cartas hizo que naciese una amistad que se convertiría en algo más cuando se conocieron personalmente. Según contaron a sus hijos y a sus nietos, ese día se citaron en una estación de tren de Manchester y acordaron cómo distinguirse entre el gentío. Él llevaría un diario en la mano y ella, una rosa.
Desde ese instante fueron absolutamente inseparables. Tras contraer matrimonio en 1947, George retomó el trabajo de panadero que ya desempeñaba antes de ser llamado a filas, mientras que Dorothy emprendería su propio negocio junto a uno de los dos hijos que tuvieron. También disfrutaron de cinco nietos y dos bisnietos, una gran familia a la que siempre estuvieron muy unidos. La salud les acompañó hasta mayo de 2014, cuando ambos superaban ya los 90 años de edad.
Una grave neumonía obligó a George a ingresar en un hospital el día 21, permaneciendo en coma inducido a partir del 23. Su esposa sufría una infección vírica que acabaría por llevársela el 1 de junio a las 14:30. No pudo conocer la triste noticia por estar inconsciente, pero diez horas más tarde, el 2 de junio a las 00:30, George la acompañaría. Conexión espiritual o casualidad, la vida plena y feliz que habían vivido juntos se apagó prácticamente al unísono .
Una historia de cuento, que nos recuerda a otras que te hemos contado en esta sección. Jack y Phyllis Potter nos mostraron cómo luchar contra la demencia con la fuerza del amor ; y Howard y Laura compartieron en YouTube su emotiva despedida, en la que él cantó «You’ll Never Know» para decir adiós al amor de su vida . Igual de maravilloso es lo que siente hacia su esposa el señor Kuroki, el hombre que plantó miles de flores para que las oliera su esposa ciega . Sin duda, el amor es lo que hace que el mundo gire cada día .
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