Embalsaman a su amigo y le sientan a la mesa para «jugar» por última vez al póquer con él

Un último y extravagante adiós. Así es como se podría definir de la forma más adecuada el velatorio que planearon los amigos de Henry Rosario Martínez , un hombre de 31 años que falleció hace menos de una semana después de ingerir una mezcla de pastillas y alcohol que su cuerpo no pudo resistir. Y es que, tanto sus camaradas como sus familiares no tuvieron mejor idea que embalsamar y sentar su cuerpo en una mesa para jugar con él su última partida de póquer antes de meterle bajo tierra.

Tal y como afirman varios medios locales como « El deber », esta curiosa historia comenzó el pasado 19 de enero cuando Martínez -un amante de las peleas de gallos , los juegos de cartas y meterse buenos copazos entre pecho y espalda- dejó este mundo en su ciudad natal, la Barceloneta (al norte de Puerto Rico). Según las autoridades, su muerte se debió a una mezcla letal de alcohol y medicamentos, algo extraño y que ha hecho suponer que pudo haberse suicidado.

Independientemente de la causa de su muerte, lo que sí se sabe es que -una vez que falleció- su padre decidió darle una despedida digna de recuerdo. Por ello, acudió a la Funeraria Eterna Luz de la Barceloneta para proponerles una curiosa idea: embalsamar a su hijo, ponerle su ropa favorita y disfrutar con él de una última partida de cartas. «Es la primera vez que hacemos esto acá, pero lo tomamos como algo normal, porque ya han hecho esto en otras parte de la isla», señala el propietario del negocio.

Así pues, todo se preparó y, durante el velatorio, los amigos y familiares de Rosario se sentaron y jugaron unas partidas de póquer en recuerdo del fallecido. Todo ello, con él al lado «mirando» también sus cartas. Al evento acudieron decenas de curiosos e, incluso, alguno de ellos se hizo una foto con el cadáver . Finalmente, el pasado lunes el triste protagonista del suceso fue enterrado.

Este extraño velatorio se suma a tantos otros que, desde el 2008, se vienen sucediendo en Puerto Rico. Concretamente, ese año se inauguró esta macabra tradición cuando Ángel Pantoja Medina , de 24 años, fue embalsamado de pie en su casa. Posteriormente se dio rienda suelta a esta práctica y multitud de fallecidos fueron disfrazados de su personaje favorito o ubicados en sus lugares predilectos.