La casa con más adornos navideños de Europa
Una austriaca gasta 2.000 euros en electricidad para iluminar su vivienda en estas fechas
Sabine Gollnhuber es una verdadera celebridad en Bad Tatzmannsdorf , un pequeño pueblo del sur de Austria en el que viven unas 1.300 personas. ¿Qué la hace tan especial? Pues, aparentemente, que se le ha ido de las manos su colección de adornos luminosos de Navidad. Cada año, turistas de todo el mundo visitan su hogar por una razón: es la casa particular con más adornos luminosos de toda Europa , rivalizando incluso con las decoraciones lumínicas de ayuntamientos de algunas capitales. La factura de la luz de Sabine del mes de diciembre supera los 2.000 euros y seguramente despertaría la ira de Greta Thunberg , pero Sabine destila la misma ilusión navideña que una niña con sus juguetes y no concibe que el espíritu de la celebración pueda perjudicar al planeta. «No puedo creer que alguien tenga algo en contra de los adornos de Navidad», reflexiona, sugiriendo que la sonrisa de un niño no puede medirse en emisiones de CO2.
La historia de Sabine con la Navidad viene de lejos. «De niña esperaba todo el año a que llegasen estas fiestas y siempre ha sido para mí fuente de felicidad y de alegría», describe. Pero fue en la Navidad de 2010 cuando enraizó en ella el gusto, por no decir la adicción, de los adornos luminosos. «Ese año pasó por delante de la casa un grupo de turistas, una familia de Finlandia y Eslovaquia que se había reunido en Austria para celebrar juntos las fiestas esquiando y que me preguntaron si podían hacerse una fotografía con mi jardín iluminado», relata. No solo les permitió hacer la foto, sino que invitó al grupo a entrar en casa y compartieron una animada tarde de Adviento intercambiando recuerdos de las Navidades de la infancia. Cuando se despidió de ellos, comenzó a rumiar la idea de ir ampliando cuanto pudiese la decoración de su jardín. Hasta hoy, con un millón de luces y más de 140 muñecos hinchables con temática navideña , sobre todo diferentes versiones de Santa Claus, renos y pesebres de Navidad, pero también otros que solamente la infinita imaginación de los niños puede encontrar acordes con el resto, como un dinosaurio con un gorro navideño o una versión amable del cinematográfico Grinch. «Puede que en los países del sur, donde hay más horas de luz, las luces de la Navidad no sean tan apreciadas, pero aquí realmente son el único hilo que nos mantiene conectados a la ilusión de la vida », subraya, «por eso son tan importantes».
Sabine asegura estar atenta a las tendencias. «Este año me parece mucho mejor la declaración de la familia real británica que la de la Casa Blanca, con mucha diferencia», juzga, y a sus 52 años confía en tener todavía muchas Navidades por delante para seguir ampliando su proyecto, para lo cual tendrá que entablar seguramente conversaciones con los vecinos por necesidades de espacio. «Abrimos a partir del primero domingo de Adviento y hasta el 6 de enero. El pasado fin de semana recibimos ya más de 3.000 personas en el jardín de casa. Supongo que a medida que se acerque la Navidad la cifra irá aumentando y cuando estamos en hora punta apenas cabe tanta gente. Por eso quizá haya que ampliar a otras casas o en la calle. Tendría que hablarlo con mis vecinos», dice.
A pesar de que tanto en Austria como en Alemania abundan los negocios de fabricación de adornos navideños, se trata en su mayoría de adornos de madera o marquetería, más apropiados para la decoración de interior, por lo que Sabine compra la mayoría de sus artefactos en Estados Unidos . La coyuntura de tensiones comerciales internacionales y las constantes amenazas de aranceles que lanza Donald Trump podrían terminar encareciendo su proyecto, pero ella no parece afectada por los indicadores de pesimismo económico. «Yo seguiré aumentando mi colección si tengo salud para ello y lo que más ilusión me hace es que vengan niños, así que buscaré decoraciones novedosas y que llamen particularmente la atención de los más pequeños».
Las visitas a su jardín se nutren del turismo que acude a Bad Tatzmannsdorf, un conocido balneario de aguas termales situado a unos 130 kilómetros al sur de Viena. Para poder soportar la carga de electricidad de estas instalaciones, su casa ha sido reforzada con varias conexiones de corriente de alta intensidad. Hasta el Día de Reyes, el 6 de enero, permanecerá abierta entre las 16:00 y las 22:00 horas. «Todos los españoles están invitados a visitarnos y a disfrutar del espíritu navideño», se despide, deseándonos a todos unas muy muy felices fiestas.