Beckett, el niño con cáncer cuya imagen se volvió viral, supera la enfermedad
Su madre confirmaba la buena noticia tras dos años de quimioterapia por una leucemia linfoblástica
El pequeño Beckett, autor de una de las imágenes más virales hace dos años, sonríe tras decir adiós a la quimioterapia. Con solo cuatro años, fue diagnosticado con leucemia linfoblástica y la fotografía junto a su hermana dio la vuelta al mundo.
Su madre Kaitlin confirmaba la fantástica noticia: «Cuando escuchamos por parte del oncólogo que todo había terminado, fue muy emocionante», confiesa en declaraciones recogidas por The Sun . Tras recibir la noticia, Beckett inmortalizó otro gran momento al hacer sonar la campana del hospital que ponía fin a una dura etapa que se ha prolongado dos años.
Little boy is given the all-clear after mum shared a heartbreaking photo showing the effects of chemo pic.twitter.com/FGrKhEAs8H
— The Sun (@TheSun) October 6, 2021
A este pequeño se le abre «un mundo completamente nuevo», tal y como festeja su madre. Esta situación le produce «miedo» durante los primeros días, con la incertidumbre de no saber si el cáncer ha remitido de forma definitiva. Suerte que podrá seguir contando con su hermana Aubrey, la otra gran protagonista de la fotografía que se viralizó en el año 2019 .
La imagen en cuestión muestra a Beckett apoyándose en la taza del váter mientras Aubrey le consolaba. La pequeña le lavó las manos a su hermano poco después, le ayudó a llegar al sofá y se ofreció voluntaria para limpiar el baño , según cuenta Kaitlin.
Tan importante ha sido la fortaleza de Beckett como el apoyo incondicional de su hermana, quien se convirtió en una «figura materna» para él con solo cinco años . «Ha tenido un gran impacto», resaltaba su madre, quien celebra que ahora sus dos hijos puedan volver a jugar juntos con total normalidad.
La pesadilla de Beckett parece haber terminado. Pese a los efectos secundarios propios de la enfermedad, como el dolor en las piernas y la dificultad para moverse , ya ha regresado a la escuela y su madre no puede hacer otra cosa que alegrarse al verle, según cuenta, teniendo la vida de un «niño normal».