Los cinco laberintos naturales más estremecedores del mundo
Si te sofoca la sensación de estar atrapado, no deberías entrar en ellos
Además de un entretenido pasatiempo cuando se dibujan sobre papel, los laberintos pueden ser bellas creaciones en espacios naturales. Eso sí, tal como explican en Microsiervos (Premio Bitácoras en 2008) existen dos tipos diferentes: los simplemente decorativos, en los que no es posible perderse al haber un único camino posible; y aquellos que nos plantean un verdadero desafío, con múltiples rutas que pueden llegar a volvernos locos si no tenemos la suficiente paciencia. Hoy queremos hablarte de estos últimos, de algunos de los más sobrecogedores que existen.
En el blog Web Ecoist encontramos una completa recopilación de los laberintos más grandes y complejos de nuestro planeta. El que puedes ver en la imagen sobre estas líneas pasa por ser el de mayor tamaño de cuantos se conocen: se llama Dole Plantation y está en Hawai. Si te atreves con este reto, prepárate a caminar: son más de 4 kilómetros de caminos enrevesados, a través de un total de 14.000 plantas típicas de la zona.
Nada que envidiar al anterior tiene el laberinto de Reignac-sur-Indre, en Francia. Fue inaugurado en 1996 y destaca por su cambiante vegetación en función de las estaciones del año. Sin lugar a dudas, muy bonito... pero con un gigantesco tamaño capaz de desatar tus nervios si no eres capaz de encontrar la salida. Miles de personas tratan de resolverlo cada año.
¿Buscas algo más difícil todavía? Lo que necesitas es probar el Davis Mega Maze , en Massachusetts (Estados Unidos). En este caso, la aventura no terminará cuando alcances aliviado la salida... porque su recorrido es modificado por completo cada año. No te servirá de nada memorizar el camino correcto para completarlo en menos tiempo en tu siguiente visita.
En el Reino Unido puedes visitar el laberinto Longleat , compuesto por más de 16.000 árboles y con un recorrido de más de 3 kilómetros de senderos. Su principal peculiaridad son los puentes de madera incluidos en el trayecto, que lo convierten en un auténtico laberinto 'tridimensional'.
Cerramos nuestro laberíntico viaje por el mundo en Gloucester, cerca de la frontera entre Inglaterra y Gales. Allí está 'The Imprint' , una construcción realizada en homenaje al Laberinto de Creta, en el que el rey Minos encerró a su hijo Minotauro. Puedes caminar tranquilamente por él: aquí no encontrarás un monstruo esperándote al doblar una esquina.
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