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Benítez se pasa al ataque
Criticado tras vencer 3-0 al Levante, se quita su cartel de defensivo con un esquema de ataque que presiona desde muy arriba
Sergio Ramos tiene razón. A veces es mejor recibir golpes periodísticos injustos para reaccionar y jugar mucho mejor. Ni Benítez ni el Real Madrid comprendieron el cúmulo de críticas sufridas por el líder de la Liga después de golear al Levante 3-0. Los blancos ganaron sin arriesgar, con chavales como Marcos Llorente en el campo. Con Jesé y Luscas Vázquez. El responsable del plantel pensó en el PSG y su triunfo fue claro. En el club asumen que Ancelotti caía mejor a cierta prensa y si hubiera hecho lo mismo le alabarían. El problema es que lo hizo «Benítez, el defensivo» y al madrileño no se le perdona nada.
Lucas Vázuez y Jesé taponan las bandas en un esquema ofensivo
El entrenador se sintió molesto por la injusticia de esa dureza crítica con un equipo que jugaba sin Bale, sin James, sin Benzema, sin Carvajal y sin Modric . Estaba enojado porque estos hombres tampoco estarían en París y había que guardar la ropa con el 3-0.
Benítez pensó desde el sábado en quitarse ese cartel de «defensivo» que le han colgado desde que se supo que ficharía por el Real Madrid. Su equipo marca goles y casi nadie lo reconoce. Suma un balance anotador de 18-2 en Liga y de 6-0 en Champions . Su esquema juega al ataque, pero no deja huecos al rival, y nadie lo destaca. La visita al PSG era una oportunidad única para callar bocas y acabar con el sambenito. Y lo ha conseguido.
La mejor defensa, el ataque
El responsable del plantel meditó su idea durante cuatro días. Y el ataque dialéctico de Laurent Blanc el día previo al encuentro fue el incendio que le hizo radicalizar su proyecto. Jugaría con chavales fogosos, que no paran de correr, y ahogaría al conjunto francés con una fuerte presión desde arriba, desde el área de Trapp. Como decía Alfredo di Stéfano, «la mejor defensa es un buen ataque». Benítez siguió ese lema al dedillo, pero con su estrategia moderna del fútbol del siglo XXI.
Planificó un partido al ataque que no dejaría respirar al París Saint Germain. ¿Cómo? Colocó a Lucas Vázquez como un extremo que taponó una banda a treinta metros del portero local . Situó a Jesé en la otra banda para cubrir también las penetraciones del adversario y liberar a Marcelo en su apuesta ofensiva. Dio a Kroos la batuta para crear y asegurar la posesión de balón. Y puso a un tanque, Casemiro, como el medio centro que cortó el ataque del contrario, mordió, entró con dureza, se adelantó en el corte y dio pases en corto y en largo con tal eficacia que Benítez tiene una máxima en su cabeza: el brasileño disputará la mayoría de los partidos importantes de la temporada.
En retaguardia, Varane y Ramos se anticiparon en casi todos los balones, por alto y por bajo.
Ese era el secreto del entrenador. Para mantener la apuesta ofensiva desde arriba había que correr más que el PSG. Así sucedió: 107 kilómetros frente a 103. Y debían mantener un sacrificio físico y una anticipación en el robo de balón para evitar el contraataque francés. Lucas Vázquez (corrió 12,7 kilómetros), Jesé, Casemiro, Kroos (corrió 11,4), Varane, Ramos y Danilo fueron las armas de esa estrategia que desarmó al equipo de Blanc.
Una táctica que el técnico repetirá mañana en la defensa del liderato en Vigo. El Celta espera al Madrid descansado. Los blancos deberán hacer un enorme esfuerzo para consolidar la apuesta física de presionar desde los ochenta metros del campo.
El regate de Benítez es que juega al ataque con una presión destructiva que aplica desde los extremos. Se ha quitado el cartel de defensivo sin perder su esencia de no permitir pensar al contrario.
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