real madrid
Cristiano sufre la maldición de Raúl
Remató trece veces y acabó dando patadas a un poste. Paga la obsesión por superar el récord de 323 goles del delantero madrileño
Salió el último del césped del Bernabéu. Hablaba consigo mismo y se lamentaba con gestos de sus manos y de su cabeza. Hasta los modestos rivales del Málaga acudieron a consolar al Balón de Oro, en fila, todos de uno a uno. A Kameni le dio un cariñoso azote en el culo en una jugada que también le dejó con el acierto en la boca. Cristiano Ronaldo sufre la maldición del récord de goles del Real Madrid . La maldición de Raúl.
El portugués se encuentra a dos tantos de igualar la plusmarca histórica del club, esos 323 que anotó el delantero madrileño entre 1994 y 2010, y su sucesor en el número «siete» suma tres partidos de quejas y golpes al suelo porque el balón no le entra. Ayer fue el sonriente camerunés quien le dio la tarde. El guardameta despejó con reflejos de guepardo africano dos trallazos del luso que habrían sido gol ante otros dieciocho cancerberos de primera. El goleador realizó otros once remates que no encontraron puerta. Karim Benzema , con seis, tampoco estuvo fino.
Es un duelo bonito el que CR7 y el arquero protagonizan siempre. El Bota de Oro acumuló trece de los 31 disparos que el Real Madrid ejecutó ante el Málaga. No acertó. Y cuando su disparo fue certero, allí salieron las garras del arquero africano para dejar a Ronaldo sin plusmarca. La ansiedad pudo con el hombre que piensa superar a Raúl después de dejar atrás a un mito, Di Stéfano, 307 tantos entre 1953 y 1964. Las estrellas son humanas. Ayer, Kameni sacó de quicio al mejor futbolista del mundo.
La sonrisa de Kameni . Veterano en una profesión que ejerce desde los 14 años, Cristiano no es de otro planeta. Desesperado ante esa pachorra del tótem que ocupaba la portería enemiga, el luso se obsesionó progresivamente hasta dejar de rematar con la cabeza fría, como siempre pregona que debe hacerse. Cuando el malacitano le despejó dos disparos potentes a bocajarro, el delantero blanco puso sus brazos en jarra, miró al palco de familiares y juramentó en un idioma que mejor era no traducir.
Un magnífico escorzo en plancha, con el cuerpo torcido, merecedor del gol, terminó con la pelota por encima del larguero. La irónica sonrisa del cancerbero era la respuesta al delantero. «Yo nunca pierdo la sonrisa» , manifestaba la figura del encuentro.
Ronaldo ha marcado sus ocho dianas en dos partidos de los siete que ha disputado. Jugó en punta, en busca de solucionar los puntos con su calidad. No le salió nada. Se lo impidió ese hombre que siempre enseña esos dientes extremadamente blancos después de cada parada. Y el portugués, tras ese vuelo aéreo sin motor y sin gol, se lió a golpes con un poste. Le pegó con su pierna derecha. Y con su codo . No podía comprender tanto infortunio.
Los goleadores son animales extraños que viven de rachas y Ronaldo acumula atracones ante el Español (cinco goles) y el Shakhtar (tres) que se mezclan con hambrunas famélicas frente al Sporting, el Betis (5-0 y no marcó), el Granada, el Athletic (dos dianas de Benzema) y el Málaga.
Jesé tuvo también dos ocasiones rechazadas por el portero visitante. El canario sufrió una lesión en un gemelo. Sus golpes en la hierba advertían de una posible rotura. Cristiano quiere romper su racha en Malmoe.
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