Bale decide quedarse en el Madrid

Gareth Bale ha decidido quedarse en el Real Madrid. Los pitos de la afición y su desconexión del juego del conjunto, como un Guadiana futbolístico, le hicieron dudar en los momentos amargos respecto a su continuidad en el conjunto blanco. Florentino Pérez le ha dejado claro que los silbidos se han dirigido contra el equipo en general y que también los han escuchado particularmente Cristiano y Casillas, como los soportaron Di Stéfano y Zidane en sus épocas. Y el cuerpo técnico le ha recordado que «a Carlo también le pitan».

Todos le han explicado que debe comprender que los seguidores han protestado por la decepción de la Copa y por los malos resultados sufridos frente al Villarreal, el Athletic e incluso el Schalke, aunque dos goles de Ronaldo salvaran la clasificación. El madridismo no está acostumbrado a esos resultados negativos. El galés ha asimilado el mensaje final: «Este club es muy exigente y su afición no se casa con nadie».

El presidente le ha convencido. Su fichaje fue un proyecto de presente y de futuro. Bale será el relevo de Cristiano como gran líder de la plantilla cuando el portugués no esté. Su sitio es el Real Madrid. Según el club, debe integrarse totalmente en la idiosincrasia de la empresa para asumir su rol actual y el papel estelar que representará dentro de unos años. «Debe pensar solo en el Real Madrid y no mantener ni una duda más sobre su porvenir». El galés posee contrato hasta el año 2019, cuatro temporadas más, y ha de esperar su momento sin dejar de rendir hoy en día como un gran jugador que comparte liderazgo con el Balón de Oro del último bienio. Ha de saber convivir con esta realidad.

El cuadro técnico le ha dicho que se olvide de pensar en si se adapta o no al fútbol del Real Madrid . Eran los pitos la razón principal de su enfado. Cuando marcó los dos goles frente al Levante se tapó las orejas para decir a la afición que no escuchaba sus silbidos. Era una reacción de esa rabia que le ha hecho dudar de su continuidad en la casa. Al club le ha gustado que suelte ese enfado. Significa que le dolían las protestas. Que está inmerso en la problemática del equipo cuando sufrió esos malos resultados. Es lo que le piden los técnicos: «Mayor implicación en el fútbol del conjunto».

Los técnicos que trabajan con el galés señalan que Bale ha sido en muchas ocasiones un verso suelto en el juego. No es culpa suya. Realizaba múltiples desmarques en profundidad y en diagonal y nadie le daba esos pases al hueco que rogaba con su zancada poderosa. Los partidos en los que el esférico quemaba, porque el público silbaba, le perjudicaron. Nadie daba un centro arriesgado. Bale corría solo y la pelota nunca llegaba. Es quien más ha pagado la crisis de juego madridista.