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Cristiano vuelve a pensar en positivo
Después de dos meses embaucado en situaciones negativas, ha enfocado su cabeza en las virtudes que definen su éxito: calidad, remate y ambición
Él mismo sabía que su actitud negativa le perjudicaba a él y al Real Madrid. Sin embargo, no podía evitarlo. Los malos resultados y los pitos del público eran una mezcla de sensaciones desagradables que no digería. Incluso sintió ese desafecto cuando salvó al equipo con dos goles frente al Schalke. La derrota y los silbidos le carcomían la cabeza. No podía continuar así, enfadado en el césped. Su negatividad mental provocaba su precipitación en los remates y esa reducción fatal en el acierto, superado ya por Messi en la Liga. Por fin ha superado un trance que tenía tres vetas destructivas que ahora ha atacado con un retorno a su confianza, a su ambición y a ese optimismo natural que había perdido.
[ Barcelona-Real Madrid en directo]
El análisis de su estado personal ha sido la mejor terapia del salto adelante. Su crisis comenzó con su separación de Irina Shayk. Nunca había experimentado una rotura sentimental en la madurez y ese problema le hizo sufrir una situación que ahora le ha transformado en una persona más fuerte fuera del fútbol.
Su crisis privada generó su desconcentración en el fútbol. Se le vio perdido en el derbi del 4-0, es verdad que como a todo el Real Madrid. Pero es que su descenso de nivel significaba inmediatamente la disminución del rendimiento del conjunto. Y la fiesta de cumpleaños fue un error que magnífico su desconexión. Las críticas a su aniversario se transformaron en enfado al ser utilizado por Kevin Roldán, hoy famoso en todo el mundo.
Debe conocer al Bernabéu
La crisis personal y futbolística se convirtió en un cóctel explosivo al añadirse las protestas en su contra en los partidos frente al Villarreal y el Schalke. Le indignaron esos pitos. A él, que a lo largo de seis años ha marcado 293 goles en 284 partidos. Le dolieron especialmente los silbidos en el segundo tiempo frente a los alemanes, después de anotar dos tantos. «En realidad eran lamentos de la grada contra el equipo en general, pero los asumió como suyos. Debe conocer al Bernabéu. No iban contra él, era un sentimiento de enfado general». Lo ha comprendido.
Estudiadas todas las causas, ha sabido salir de un ambiente negativo que había vulgarizado su rendimiento. Ayudado por las personas cercanas a él, Cristiano ha enfocado de nuevo su vida con la botella medio llena. «Siempre es optimista y ha asimilado estas realidades. Ha entendido que no puede tener todas las cosas a su gusto. Vuelve a pensar en positivo», manifiestan sus allegados.
Le ha aconsejado con precisión: «Debía centrarse en explotar sus grandes virtudes y olvidar las cosas negativas. En mostrar la calidad de su disparo, su cabezazo, su velocidad. En valorar las razones por las que ha ganado tres Balones de Oro y dos Champions. Lo ha conseguido. Y lo que deber hacer, si vuelve a escuchar pitos, es contestar con goles. Los mismos que pitan serán los que más aplaudirán».
El cuadro técnico ha confirmado el cambio: «Vuelve a mostrar en los entrenamientos su ambición, como si le fuera la vida en cada jugada. Ese es el Cristiano que queremos, el que se enfada por un balón».
«Señalarse, buena señal»
Un profesional de Valdebebas lo definía con sinceridad. «Queremos el Ronaldo... ese que llaman prepotente, el que se señala el pecho cuando marca. Eso significa que vuelve a pensar solo en ser el mejor. Así deben ser los goleadores, egoístas. Lo sabemos los que trabajamos en el fútbol ¿Recuerda cuando Raúl se señalaba el siete a la espalda? Ramos también se señaló el cuatro en la final del Mundialito. En Barcelona podemos ganar o perder, pero Cristiano está centrado en ganar ese partido». Ha vuelto.
