Cristiano vuelve por la Champions

Cristiano regresó a la mina de su fútbol. Es una mina. De goles (37 esta temporada) y de asistencias (doce). El túnel del Veltins Arena de Gelsenkirchen es una gruta copiada de las minas de carbón del Ruhr. Paredes discontinuas grises, para intentar infundir miedo en el equipo visitante. Poco temor podía sentir el Real Madrid , que venció en esta misma «gruta» por 1-6 hace un año.

Los seguidores del Schalke no fueron nada originales. La tomaron con Cristiano, como hacen todas las aficiones de los campos que visita el Balón de Oro, y enfadaron a la fiera. Y el portugués marcó de cabeza su septuagésimo quinto gol en competiciones europeas, igualando el récord de Raúl y de Messi, e inmediatamente se dirigió a los fanáticos del conjunto alemán poniéndose las manos en sus oídos para escuchar lo que tenían que decir, después de sentir cómo aplaudían la patada «de roja» que le dio Boateng. El jugador de Di Matteo solo recibió una amonestación.

Ronaldo no anotaba desde el 18 de enero, en Getafe. Sumaba tres partidos sin marcar, frente al Córdoba, el Atlético y el Deportivo. Estuvo otras dos jornadas sin jugar, ante la Real Sociedad y el Sevilla, sancionado por su expulsión en El Nuevo Arcángel cordobés. No paraba de escuchar que sufría una de sus peores rachas. Ya ven ustedes, tres encuentros sin firmar un gol es una mala racha para el artillero del conjunto blanco. Para otro futbolista sería lo normal.

La Champions es el torneo que más gusta a Cristiano. En Gelsenkirchen salió concentrado para volver a ser el de casi siempre. Y lo fue en el campo minero del Schalke. Él, que es un minero del fútbol, un trabajador constante de su rendimiento físico desde hace dos décadas para llegar a ser el mejor. Regresó su copa preferida y el portugués decidió.

La plusmarca que obsesiona al mejor futbolista del mundo es ser el máximo goleador histórico de la Champions. Por eso juega todos los minutos del gran torneo continental. Ahora lleva 73 tantos, dos menos que Messi. Ha rubricado 21 goles en las últimas quince salidas del campeón de Europa. Es el dato más importante de su carrera. No es un remador acomodaticio que define en casa y se esconde fuera. Ronaldo da la cara. Es determinante en los enfrentamientos correosos. Lo volvió a ser anoche. Protagonizó el primer tanto y dio el pase que Marcelo tradujo en el segundo . El portugués, subrayamos, lleva 37 goles (seis en Champions) y doce asistencias esta campaña.

Con los 75 goles de Messi como objetivo, el hito que nadie puede discutirle a Cristiano son las catorce victorias consecutivas que ha disfrutado en la Champions. Es una racha casi inigualable.