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«Faltó el liderazgo de Pepe y Ramos»
El Madrid echó de menos sus gritos de ánimo. Nadie enardeció al grupo en el descanso. Ni al final. No hubo una voz de mando
Bernabéu, Pahíño, Di Stéfano, Amancio, Pirri, Benito, Camacho, Ricardo Gallego, Míchel, Sanchís, Hierro, Raúl, Míchel Salgado, Sergio Ramos, Pepe y Casillas. Todos ellos han sido líderes del Real Madrid en el campo y fuera del campo en la historia del Real Madrid. Florentino Pérez vio jugar a Alfredo Di Stéfano y observó como ejercía su liderazgo con la lucha y la sabiduría como armas que definieron al equipo para la eternidad. Por eso no entendía cómo su equipo pudo deambular por el Calderón como un caballo sin control. Allí no mandaba nadie. Y no se jugaba a nada. Por eso acudió a Valdebebas a exigir explicaciones al entrenador y a la plantilla. Y las reflexiones fueron sinceras. No estaba el horno para filigranas verbales.
El cuerpo técnico y algunos jugadores han sido objetivos al analizar los múltiples defectos del equipo en el derbi. A Carlo Ancelotti , a ciertos futbolistas secundarios y a los directivos, que recibieron información interna de los sucedido dentro y fuera del campo, les sorprendió una verdad: «En el descanso del partido no hubo ningún jugador que diera una voz, pidiera carácter al equipo y exigiera reaccionar», reconocía un jugador. «Hubo silencio. Faltó el liderazgo de Pepe y Ramos, que son los que siempre dan gritos de ánimo al equipo y jalean a todos para dar confianza», señalaban dos directivos. «Si no están ellos, nadie chilla para decir que somos el Real Madrid y que hay que luchar hasta el final por esta camiseta».
La carencia de voz de mando era otro dato importante de la decepcionante imagen del Madrid. Ancelotti sí pidió reacción en el intermedio. Exigió más brega a los jugadores, criticó esa falta de carácter del conjunto. Y se quedó solo. «Se habla de que no tuvimos actitud, de que nadie gritaba ni mandaba, pero lo que sucedió es que tras el 2-0 estábamos abducidos, superados por la situación, queríamos y no podíamos», explica con sinceridad un integrante de la plantilla.
El análisis interno del club argumenta que Casillas, como capitán, y Cristiano, como estrella del plantel, tenían que asumir ese papel, en el campo y en el vestuario. No lo hicieron. Los profesionales de la entidad opinan una plantilla debe imponer esos códigos en busca de enardecer al grupo y encontrar una reacción, dos puntos que son muy importantes en situaciones adversas como la vivida el sábado. Casillas, Cristiano y Kroos han de ser los hombres que cojan la batuta anímica cuando los dos centrales no están.
Ancelotti, que pedía ese revulsivo, no tuvo interlocutor válido en el campo. Ramos suele ser su extensión en el partido, quien le escucha, aplica sus directrices y las pide a sus compañeros. El sevillano es un líder natural del equipo desde que Raúl abandonó el club. Se valora desde el seno interno de la casa que Kroos ha de asumir ese rol en l césped. Es el director de juego y debe ser el ordeno y mando de todo.
La ausencia de jefatura fue un hecho que se repitió al final del encuentro. «No hubo nadie que levantara el ánimo en el vestuario, que chillara que somos el Real Madrid y que hay que levantar cabeza, como hacen Pepe y Ramos», señalaba un profesional del club. «Los jugadores hablaron con la prensa, pidieron perdón y admitieron que eso no se puede repetir, «pero no se lo dijeron al grupo en el vestuario». Nadie mandaba.
Ancelotti sí estuvo duro al final del derbi. Les criticó su falta de actitud y les advirtió que si no reaccionaban tomaría soluciones drásticas. «Lo han entendido muy bien», adujo en un tono que lo decía todo.
Los futbolistas han respondido al entrenador con el carácter que se echó en falta en el Calderón. Se han conjurado. Están enrabietados por las críticas recibidas. Y aseguran que su reacción está asegurada: «Tras los palos recibidos, le decimos al míster que volveremos a ser los de antes. Nosotros siempre volvemos».
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