Real Madrid-Celta
Cristiano salva al Real Madrid del galimatías planteado por el Celta
Buen partido de los vigueses, pero sin la pegada que dio la victoria a los de Ancelotti con otro triplete del portugués (3-0)
Con independencia de los resultados, da gusto ver salir al terreno de juego a equipos como el Celta, con esa actitud, esa valentía, esa falta de complejos. Hay que decirlo, y decirlo pronto, que los vigueses pusieron en apuros al Madrid, y lo hicieron tocando el balón, quitándoselo y echando a los blancos diez metros más atrás, obligándole a defender aún a costa de dejar muchos huecos en defensa, con el riesgo de que el conjunto de Ancelotti, experto en las contras, le fusilase sin remisión.
[Narración y estadísticas del Real Madrid-Celta ]
Por eso la primera parte fue vibrante, bonita, de toma y daca, con poco juego en el medio campo y fútbol muy directo por parte de ambos equipos. La diferencia estuvo en las áreas porque el Celta no acabó jugada alguna mientras que el Madrid, con su pegada, lo acababa todo y tenía ocasiones de gol, casi todas protagonizadas por Cristiano, omnipresente en cada acción.
La primera parte se decantó por una jugada dudosa. Entró Cristiano en carrera ganando la acción a la defensa. Jonny, desbordado, le tocó levemente por detrás. El portugués vio que no llegaba y se tiró para ver si Undiano picaba. Y picó. Penalti riguroso y gol del portugués, que batió a Sergio Álvarez, de nuevo el mejor de los suyos.
El Celta dio una vuelta de tuerca en la segunda mitad, pero lo volvió a hacer sin dientes. Atacaba, dominaba, pero no atinaba con los tres palos. Orellana estuvo a punto de encontrar puerta, pero se le fue el balón por un pelo. El ataque vigués no mordía y el Madrid, a la primera que tuvo, la enchufó otra vez por medio de Cristiano, que se encontró con un balón perdido y lo empalmó a la red.
Con dos abajo la tarea se puso casi imposible para el Celta que, no obstante, lo siguió intentando con un pundonor más que loable. Con el adelantamiento de líneas rivales, el Madrid ya lo vio claro. Entró Marcelo por la izquierda en una pérdida de balón de Radoja y su centro lo remachó Cristiano en el segundo palo. Mucho Celta, pero sin gol y mucho Madrid, con pegada de mula. La de siempre, la que marca diferencias.