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A octavos en noviembre

El Real Madrid derrota al Liverpool con un solitario gol de Benzema (0-1) y asegura su clasificación para la siguiente ronda

A octavos en noviembre reuters

rubén cañizares

Como los buenos estudiantes que se aprenden la lección día a día y no lo dejan todo para la última noche, el Madrid ya ha aprobado en noviembre el primer trimestre del curso (europeo). En un partido más discreto que la excelencia de las últimas semanas, los blancos volvieron a derrotar al Liverpool, como hace quince días en Anfield, se clasificaron para los octavos de final de Champions y, salvo descalabro bastante improbable, pasarán como primeros de grupo. Igual que ya sucedió en la Copa, el Madrid ha hecho los deberes sin rechistar y aparca sin un mínimo rasguño ambas competiciones hasta 2015, con todo lo bueno que ello conlleva para consolidar el liderato en Liga hasta el parón de Navidades y de cara al Mundialito de clubes, último gran objetivo de los blancos en lo que resta de 2014. (Narración y estadísticas del Madrid-Liverpool)

El encuentro lo empezó a poner cuesta abajo Brendan Rodgers con su alineación. Más preocupado por el duelo del domingo en la Premier contra el Chelsea, el técnico del Liverpool dejó en el banquillo a sus cuatro grandes estrellas, Gerrard, Coutinho, Ballotelli y Sterling y dio paso al plan B, a jóvenes de mucho talento, como Lallana, cuyo papel en el futuro del conjunto «red» y de la selección británica dará mucho que hablar pero que a día de hoy aún está muy verde como para liderar a todo un Liverpool. Mientras, Ancelotti ponía todo su arsenal desde el inicio, con la baza de Bale en el banquillo, en una decisión inteligente del italiano de no tocar lo que funciona y de no forzar a un futbolista parado desde hace 20 días y sensible a las lesiones.

La única novedad de Carleto en su habitual once, aparte de la de Arbeloa por el lesionado Carvajal, fue la inclusión de Varane en lugar de Pepe. El descanso para el luso volvió a evidenciar el (bendito) problema que tiene el italiano en el centro de la defensa. El galo deleitó con un recital de anticipaciones, coberturas y juego aéreo digno del mejor Beckenbauer. Me pongo a pensar y me cuesta encontrar ahora mismo tres centrales con tanta calidad y contudencia como el francés, Ramos y Pepe. Acero para los barcos.

«Isconfundible»

La magia la volvió a poner Isco, que tiene la lámpara desgastada de tanto frotarla. Nunca antes será tan injusto sacar a un jugador del once. Su colección de controles, pases, regates y filigranas ha sido pedida para el «Metropolitan». De sus botas nació el primero del partido: pared con Cristiano en la medular, apertura para la incorporación de Marcelo, centro indefendible del brasileño y Benzema lo remacha a placer en el segundo palo. Gol número 41 de Karim en 68 partidos en Champions. Quinto en esta edición, lo que le hace pichichi. Oh lá lá!

El tanto del galo hizo justicia a una esplendida primera parte de los blancos poco aprovechada en cuanto a número de goles pero con la satisfacción de no recibir ni un solo disparo, ni entre palos ni fuera de ellos. Son ya seis de los últimos ocho partidos los que ha dejado su portería a cero el Madrid. Por ahí se ganan (y se pierden) los títulos.

El partido solo dejó el lunar de no ver a Ronaldo celebrar un gol, tras doce partidos consecutivos haciéndolo. Tuvo varias opciones pero quizás la ansiedad de ver el récord de Raúl tan cerca le pesó a la hora de decidir el remate más adecuado para batir a Mignolet. Es una anécdota. Antes de que los turrones vuelvan por Navidad (con permiso de Messi, claro) el luso se convertirá en el máximo goleador de la historia de la Champions. La matrícula de honor está al caer.

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