El 8 de septiembre de 1955 nació otro Real Madrid

La difícil victoria ante el Servette fue el ejemplo de lo que significaría el Real Madrid a partir de entonces. Aquel 8 de septiembre de 1955, hace sesenta años, el club debutó en la Copa de Europa. Y venció por 0-2 con la lucha por montera. Y ganó en un partido muy duro, ante un rival encerrado, con solo un punta esperando pelotazos largos, y cuatro defensas suizos que repartieron leña, como decía Di Stéfano , para todo un invierno.

Alfredo tuvo que aleccionar al equipo en el descanso para superar el empate a cero y conseguir el triunfo con más garra. Nació también esa leyenda del Di Stéfano que se echaba al equipo a la espalda a fuerza de bajar a recibir el balón, iniciar jugadas y rematarlas o dar el pase perfecto para marcar.

Así sucedió en aquel duelo. Miguel Muñoz rompió por fin el cerco con un buen disparo a los 74 minutos. Y en el 89, un pase de Di Stéfano lo culminó Héctor Rial con el remate del 0-2. Todo era una metáfora de lo que sería el Real Madrid a partir de entonces. Lucha, sacrificio sin fin, voluntad para dar un vuelco al marcador hasta el último minuto. Di Stéfano hizo al club grande. Le hizo pensar en ser el mejor del mundo. creer que era posible ganar a todos los rivales.

Alfredo fue el artífice de que aquel 8 de septiembre naciera otro Real Madrid. El internacional. ya había ganado la copa Latina, preludio de la copa de Europa, pero fue esta competición la que se hizo grande gracias a la grandeza del Real Madrid.

Se han cumplido sesenta años de aquella fecha histórica que transformó al mundo del fútbol. Porque el conjunto español ganó cinco Copas de Europa consecutivas. Y el reto universal fue derrotar al Real Madrid. Tras él llegaron los éxitos del mejor Benfica y del gran Inter de Luis Suárez . El club madrileño fue el culpable del renacimiento de lo demás. Y del triunfo de la Copa de Europa, que se convirtió en el mejor torneo de equipos del planeta. Hoy lo continúa siendo.