INDUSTRIA

Vuelven las protestas al astillero de Puerto Real por la falta de carga de trabajo

La Coordinadora de Trabajadores del Metal convoca a la industria auxiliar a una asamblea en la puerta de la factoría para decidir medidas de presión

Esta Coordinadora ya celebró en agosto de 2020 una acampada en el astillero que desencadenó un paro de dos semanas

Acampada en agosto de 2020 en el astillero en demanda de carga de trabajo FRANCIS JIMÉNEZ

Javier Rodríguez

CÁDIZ

Regresan las movilizaciones al astillero de Puerto Real por la falta de carga de trabajo. La Coordinadora de Trabajadores del Metal (CTM) ha convocado una asamblea este miércoles en la puerta de la factoría para debatir la situación en la que se encuentra la planta, que sigue sin atar contratos de construcción naval. El astillero lleva casi dos años sin ejecutar una obra. Su actividad durante estos últimos meses se ha centrado en complementar al astillero de Cádiz en la reparación de cruceros.

La gota que ha colmado el vaso ha sido, precisamente, un comunicado del comité de empresa de la factoría en el que pide a la dirección de Navantia que puje por la construcción de gaseros y petroleros. La crisis energética mundial que ha desatado la guerra de Ucrania ha debordado las peticiones de obra de estos grandes tanqueros para el transporte por mar de combustible. De hecho, los astilleros aiáticos, sobre todo los coreanos, están desbordados y no aceptan más encargos hasta 2025. Esta situación es la que ha llevado a los representantes de los trabajadores a presionar en favor de estas obras, sin embargo, Navantia aclara que los criterios de competitividad y rentabilidad deben marcar estos contratos.

El mercado asiático ha puesto el listón de precios muy bajos paran embarcarse en una obra de estas características. Esta situación es la que ha puesto en guardia a la Coordinadora de Trabajadores del Metal, que ha convocado a la industria auxiliar a las puertas del astillero puertorrealeño para decidir actuaciones al respecto y ejercer más presión sobre Navantia.

Mal precedente en 2020

Cabe recordar que esta Coordinadora fue la que decidió el 17 de agosto de 2020 acampar fente a las puertas del astillero en protesta por la ausencia de carga de trabajo. Esa acción desencadenó un paro en la industria naval gaditana de más de una semana. Lo que empezó como una protesta simbólica acabó con una huelga que llevó a las instituciones públicas a forzar el desmantelamiento de la acampada y a los trabajadores a votar en asamblea el regreso al trabajo.

Precisamente, el astillero de Puerto Real, uno de los más grandes de Europa, culminó a lo largo de 2020 los tres proyectos offshore que tenía entre manos. Desde entonces, su actividad se ha centrado en la reparación de cruceros, gaseros y petroleros.

En julio de 2020, la planta de Puerto Real acabó la construcción de las 20 jackets para el parque eólico Monray Firth East, mientras que en octubre de ese año finalizó la subestación encargada por las noruegas Equinor y Aibel para el campo petrolífero de Johan Sverdrup. En noviembre del mismo año la construcción civil se remató en el astillero puertorrealeño con la salida de una estructura flotante para el campo eólico marino Kincardine. Estos tres proyectos han sido los últimos trabajos de construcción civil que ha realizado el astillero de Puerto Real.

Desde enero de 2021 hasta ahora se ha dedicado a la reparación de ocho grandes cruceros, dos petroleros y un gasero. De nuevo, las luces rojas se han encendido y el comité de empresa de la factoría ha dado la voz de alarma exigiendo a la dirección de Navantia que se suba al tren de la construcción de gaseros y petroleros.

Actualmente el astillero de Puerto Real está a la espera de la puesta en marcha del programa del Buque de Acción Marítima de Intervención Subacuática (BAM-IS) , que supondrá una inversión de 167 millones, con un impacto de un millón de horas y 1.115 empleos entre directos e indirectos al año. Todo apunta a que la obra arrancará en el primer trimestre de 2023, aunque no hay prevista aún fecha en el calendario. La complejidad técnica del nuevo buque de la Armada obliga al departamento de ingeniería de Navantia a hilar muy fino con los requisitos que impone el Ministerio de Defensa sobre las capacidades de este barco.

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