VIVIENDA

Los jóvenes gaditanos, escépticos ante las medidas para reactivar el mercado de viviendas

Las propuestas de PSOE y PP no convencen al sector de la población más afectado por el elevado precio de los alquileres y la venta de pisos

Viviendas en construcción en Cádiz. ANTONIO VÁZQUEZ
Esther Macías

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En los últimos días, la vivienda se ha situado como uno de los grandes temas informativos y políticos a todos los niveles. La ausencia de un plan concreto que permita el acceso fácil y a precios asequibles ha llevado a los principales partidos, PSOE y PP, a plantear una serie de alternativas en favor del mercado de viviendas. Estas iniciativas tratan de abaratar el actual sistema en el que se encuentra varado el ladrillo con medidas fiscales. Pero la propuesta política sigue siendo insuficiente para los jóvenes, que siguen teniendo mil y un problemas a la hora de acceder a un techo.

Los jóvenes españoles son, principalmente, los que están viviendo una situación de constante incertidumbre a causa de los altos precios del alquiler y la escasez de oferta de viviendas nuevas. Según el último Observatorio de Emancipación del Consejo de la Juventud, la edad media de emancipación está en los 30,4 años, y siete de cada diez que trabajan no pueden emanciparse en España. Además, el mercado inmobiliario suma dos años de abultados incrementos, similares a cuando el precio de la vivienda comenzó a calentarse, previo a la burbuja de 2008.

El alquiler medio en Cádiz roza los 700 euros, lo que supone la mitad -o más- del sueldo de una persona de entre 25 y 35 años. Estas cuantías, inasumibles para muchos, retrasan cada vez más la edad a la que los jóvenes se emancipan y hacen que compartir piso sea cada vez más habitual, sobre todo entre los treintañeros.

El ambiente de frustración se respira por las calles de la capital de Cádiz, pese a que estos últimos días ha habido algún que otro destello de esperanza. Pero no en todas partes. A la Facultad de Filosofía y Letras -la mayoría de jóvenes tienen menos de 23 años- parece que esta situación no ha llegado todavía. Tres estudiantes charlan en el patio de la Universidad, momento previo a un examen final propio de enero, pero hablan de eso, de la prueba, de las preguntas y de lo que no ha dado tiempo a estudiar tras la resaca navideña. Las preocupaciones son otras, claro. «No tenemos una opinión acerca de la vivienda. Yo vivo con mis padres y pensar en independizarme me genera mucha ansiedad», dice una de ellas. «Yo soy de fuera y vivo de alquiler, lo pagan mis padres. Veo tan lejano tener una casa propia...», interrumpe otra. Apenas queda un año para que estas universitarias finalicen sus estudios, sin embargo, lo ven tan imposible que ni siquiera es un tema que les inquiete.

Se nota que el tema recurrente es la vivienda. En el barrio de La Viña se despierta cierta esperanza al ver a los vecinos gaditanos tratando de frenar la cuesta de enero. Pero dura poco. Uno de ellos, ya mayor y quizá ajeno a esta circunstancia, se acerca para saber más. «La vivienda es un derecho, no hay que especular con ella», denuncia. Se le nota enfadado porque a él directamente no le afecta, pero a sus hijos sí. «Mi hija se ha tenido que ir a Puerto Real a vivir. No es justo que el gaditano se tenga que ir de su barrio para que entre uno del norte y lo alquile a otros. Esto no va a parar y nos vamos a arrepentir de perder a los nuestros, a los que hacen que esta ciudad crezca de verdad». Se va desahogado y desea suerte: «ojalá le deis la cobertura que merece para que se enteren los que se tienen que enterar».

¿La vida está hecha para vivir en pareja?

La proporción creciente de jóvenes inquilinos se enfrenta a unos precios prácticamente inaccesibles. Hay quienes encuentran compañía en la adversidad para que esto no sea un problema del todo. Como son los casos de José Luis Romero y Víctor Gamero, dos jóvenes gaditanos que viven con sus respectivas parejas. Eso sí, Romero en San Fernando y Gamero en Jerez. «En Cádiz capital es imposible vivir, si ya fuera está siendo imposible, imagínate aquí», coinciden ambos.

En palabras de José Luis Romero, gerente de una empresa gaditana, admite que «la situación es complicada por el hecho de que cada vez hay menos vivienda asequible. En mi caso, tengo 30 años y me he independizado hace dos meses con mi pareja y es verdad que se nota que parte de mi sueldo va exclusivamente al alquiler, comida, etc», relata. Su piso es un estudio pequeño en San Fernando y aún así paga algo más de 500 euros. «Vamos a pedir el bono a ver si nos ayudan un poco, pero es verdad que está muy justo, pese a que somos dos personas».

Con respecto a la iniciativa política, José Luis ve esperanzas «pero necesitamos ver la realidad. El primer intento es bueno, claro. Necesitábamos esta noticia. Ahora bien, ¿cómo de bien nos va a venir esto a los jóvenes?», cuestiona.

Con respecto al Bono Alquiler Joven, Romero señala que «te ayuda un poco a que no tengas que utilizar todo tu sueldo, pero a largo plazo vamos a seguir teniendo esta escasez de vivienda. Al final, hay que tomar una serie de derechos, obligaciones e incluso cambios de leyes para que esto favorezca el acceso a al vivienda, haciendo burocracias más cortas para que se puedan construir muchas más casas con facilidad y que, de alguna forma, los jóvenes tengan menos impuestos a la hora de la compra, que te ayude al 100% de la hipoteca para poder adquirir la vivienda», asevera.

Estos dos jóvenes prefieren no pensar a largo plazo, pero ambos están de acuerdo que «la situación es peor que la de nuestros padres. Y esa es la cuestión, mejorar la situación que tenían nuestros padres. Si no se toman mejores medidas de leyes, la cosa va a seguir igual o peor. Esto va a ir a más porque las leyes no favorecen al alquiler familiar, que creo que es lo ideal. Casi todos los propietarios es lo que quisieran, y eso nos está afectando».

Asimismo, Víctor Gamero, también vive en pareja y de hecho «si no, estaría viviendo con mis padres todavía porque vivir solo es imposible». «Es complicado el acceso a la vivienda ya que los precios de los pisos de larga duración han subido mucho y no se pueden asumir porque los sueldos no están subiendo como para asumir esta situación», lamenta.

La proliferación de los pisos turísticos

Jesús Buendía, 28 años, lleva cuatro años con contrato indefinido como educador social y, pese a ello, continúa viviendo con sus padres. Él quiere independizarse ya, pero los elevados alquileres unidos a los salarios insuficientes lo hacen inviable. En esta línea, subraya que «son muchos los requisitos que se te piden, a pesar de estar trabajando»,

El gaditano cree que «el bono alquiler es un parche porque el verdadero problema está en el precio para una vivienda propio. Se requiere ciertos ahorros o cierta inversión que, por lo que sea, no se puede abordar de primera y sólo lo pueden asumir personas con cierta economía o ayuda».

En Cádiz, además -destaca Buendía-, tiene una dificultad añadida: la proliferación de los pisos turísticos, que ha provocado que haya menos stock de viviendas en el mercado inmobiliario. «La gente la compra para segundas y terceras residencias y al final la gente local, la de la ciudad, no puede acceder y no puede vivir en su ciudad y se tiene que ir a ciudades más cercanas como son Puerto Real o San Fernando. Vivir en Cádiz capital es un sueño muy lejano», concluye.

Los jóvenes, en general, se muestran escépticos ante el evento organizado por el gobierno central este lunes día 13 de enero, que pretende abordar la vivienda, como el quinto pilar del estado del bienestar. Los jóvenes son, a priori, uno de los grandes beneficiarios, sin embargo, siguen viendo complicado acceder a la vivienda.

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