Narcotráfico | Cádiz

Vídeo: «Noche de infarto» en el Guadalquivir, ahora los narcos apuntan con punteros láser a los guardias civiles

El sábado se volvió a vivir otra jornada de máxima actividad de traficantes en la desembocadura del río. Al menos se contaron seis 'gomas' y una lancha de la Guardia Civil embarrancó

Los traficantes no dudaron en provocar a las patrulleras cuando escapaban de ellas deslumbrándoles con punteros y saludándoles al pasar

Los narcos usan punteros laser para deslumbrar a los patrones de las patrulleras.

M. Almagro

Cádiz

La madrugada de este pasado sábado en la desembocadura del Guadalquivir fue «de locura». Hasta seis semirrígidas, de las grandes, y presumiblemente, cargadas hasta arriba de hachís, remontaron río arriba a pesar del importante dispositivo puesto en marcha por la Guardia Civil y Aduanas en la zona.

Un «ir y venir«, cuentan. Una actividad que, aunque ha sido constante en los últimos años siendo el río puerta de entrada y salida para estas organizaciones que intentan descargar y llevar la droga desde la desembocadura al interior de la península por la provincia de Sevilla, parece que ahora se ha incrementado de manera notable.

Y las imágenes no dejan dudas. No hay más que recurrir a ellas para saber cómo están actuando ahora estas bandas de narcos y también cómo las patrullas de Servicio Marítimo y el resto de unidades no cejan en el empeño de darles alcance.

Sin embargo las lanchas que llevan los traficantes con hasta tres motores de gran potencia hace que el capturarlos sea muy complicado, tanto por la trepidante velocidad que llegan a alcanzar como por la alta maniobralidad de las neumáticas, capaces de navegar por lugares intransitables para las patrulleras más grandes.

Y esto y que están haciendo alijos hasta simultáneos, es justo lo que al narco le está haciendo sentirse con cierta impunidad por Sanlúcar y el estuario, como ya pasó en el Campo de Gibraltar. Tanto es así que no dudan por ejemplo en utilizar punteros laser para deslumbrar a los patrones que pilotan las lanchas, aunque, de esta manera, y en la completa oscuridad de la noche en el río, puedan estar señalando su propio ubicación y trayectoria. Es más, en ocasiones están saludando a las fuerzas policiales cuando pasan por delante.

Sin embargo, los agentes continúan en la batalla a diario. Y permanecen atentos a cualquier movimiento realizando importantes incautaciones y abortando numerosísimos alijos. También siguen con las persecuciones aunque el terreno sea también muy peligroso y difícil para la navegación. Esa misma madrugada de hecho una de las patrulleras embarrancaba en la desembocadura del río.

Patrullera embarrancada en la desembocadura del Guadalquivir.

Y estos episodios se están dando a diario, según se alerta. Recientemente también trascendían otras imágenes en las que un helicóptero y un barco de la Guardia Civil perseguían a otra lancha cargada. La escena se producía a plena luz del día cuando además esas mismas aguas estaban siendo también utilizadas por otras embarcaciones e incluso por personas que estaban haciendo deporte. Sin embargo, esta presencia no parece disuadir a los pilotos de la neumáticas que no dudan en poner los motores a la máxima potencia a pesar del riesgo que ello entrañe.

Ante el aviso de la navegación de la semirrígida -cuyo simple uso hay que recordar que el Gobierno prohibió por decreto- agentes del Servicio Marítimo les persiguieron para darles alcance.

Además, también es significativo que en los diferentes operativos antidroga que se realizan, los agentes están detectando en las proximidades a las zonas de alijo a personas con antecedentes que son vecinos de La Línea, Algeciras y a ciudadanos marroquíes. Estos últimos suelen ir como 'garantes', 'notarios', de los proveedores. Y la mayoría de todos ellos, con asuntos pendientes por tráfico de drogas y pertenencia a organización criminal.

Por ello, se sospecha que las bandas que trafican con hachís desde Marruecos y que antes operaban por playas que conocían del Estrecho se han desplazado a otros puntos donde los canales del Guadalquivir les acerca a la península para el posterior traslado de la droga hacia los puntos de distribución.

Pero a esto también se une la incesante actividad de otras conocidas y reincidentes bandas locales que a pesar de haber sido desactivadas en más de una ocasión y tras pasar por los juzgados o incluso por prisión, vuelven a organizarse y a traficar. La violencia entre uno y otros grupos también están manteniendo en alerta a las fuerzas policiales ya que se están dando enfrentamientos y tiroteos entre ellos.

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