PROVINCIA

Otra vez pendientes de la luz

CONSUMO

La electricidad, tras un año de tregua, vuelve a encarecerse en un momento de muchos gastos como suele ser la vuelta de los alumnos a los colegios e institutos

Acumula varios meses de subida y hace que las familias vuelvan a fijarse en el precio antes de que los termómetros empiecen a descender

La punta de demanda de electricidad decae en la provincia de Cádiz mientras la factura se dispara

La electricidad vuelve a ser un asunto pendiente. L.V.
Álvaro Mogollo

Esta funcionalidad es sólo para registrados

La electricidad vuelve a ser un asunto a tener en cuenta por las familias y las empresas gaditanas. Tras unos meses de alivio, el precio de la energía vuelve a estar en auge y ya se deja notar en los bolsillos en un momento del año en el que no sobra el dinero con la vuelta al colegio o en el que en algunas casas se aprietan el cinturón después de las vacaciones de verano.

Durante los meses estivales de junio, julio y agosto es habitual pagar más por la electricidad, máxime en las provincias del sur de Andalucía, puesto que se dispara el consumo del aire acondicionado y otros electrodomésticos de refrigeración que ayudan a hacer frente a las altas temperaturas.

Sin embargo, está siendo en este mes de septiembre en el que se están registrando los valores más altos, cuando el verano va ya de salida y en unos días en los que los termómetros están dando un respiro. Todo ello, además, en una estación que no ha sido especialmente calurosa si se tienen en cuenta los años anteriores.

Los especialistas hablan de un «alza moderada» hasta el momento, no equiparable a las subidas vividas hace algo más de dos años, cuando, debido a las consecuencias que tuvo el encarecimiento, hasta el Gobierno se vio forzado a impulsar un Bono Social Eléctrico para que los hogares más humildes pudiesen hacer frente a la factura.

También se produjo una bajada del IVA, primero al 10% y luego al 5%. Actualmente está al 10% siempre que el precio de la electricidad se mantenga por encima de los 45 €/MWh y la potencia contratada no sea superior a 10 kW. En caso de estar el precio por debajo de ese límite, el IVA pasa a ser del 21%.

Sea como fuere, el precio de la luz vuelve a subir, hasta haber alcanzado los 66,41 euros de media en agosto para el Precio Voluntario para el Pequeño Consumidor (PVPC), marcando un valor que no se veía desde hace 17 meses, cuando hubo que pagar 76,47 euros en febrero de 2023.

Se trata del quinto mes consecutivo de subida en el precio, algo que los gaditanos ya han percibido. «La verdad es que las últimas facturas están viviendo más caras. Esperaba que subiesen ahora en verano, porque es normal con el aire acondicionado y con el movimiento que tenemos con el turismo, que trabajamos mucho más. Pero ha aumentado más de lo que creíamos», dice María, propietaria de un establecimiento en el centro de Cádiz.

En las casas, aunque depende del consumo que haga cada cual, también se percibe y se mira con recelo a lo que pueda venir en los próximos meses, expone Manuel, trabajador de la hostelería: «He pagado más este verano y eso que no he conectado demasiadas cosas. Pero se ve que la electricidad está ahora más cara».

«El problema de que suba la luz ahora es que se une a todos los gastos del inicio de curso. Hay que comprar libros, ropa nueva, zapatos... No es el mejor momento para que se encarezcan las cosas», añade con resignación.

A lo que se agarran tanto los particulares como las empresas es al precedente del año pasado, el que los precios fueron bajando a partir de octubre, incluso durante el invierno, meses en los que es normal poner la calefacción o algún radiador para entrar en calor.

Medidas para el ahorro

Desde el Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía, dependiente del Ministerio para la Transición Ecológica, señalan algunas medidas para lograr un abaratamiento de la factura de la luz, especialmente en aquellos momentos del año en los que se hacen uso del aire acondicionado o la calefacción.

«Una variación de un grado genera un ahorro aproximado de un 7% en climatización. Mediante el uso de aparatos como termostatos o programadores horarios podemos hacer un uso y control más efectivo de la temperatura y de la energía que consumimos», transmiten.

Además, existen pequeños gestos diarios para llevar a cabo en casa que pueden tener su reflejo en la factura a final de mes, como echar las persianas por la noche para que el frío no genere una variación de temperatura muy grande en la casa y se mantenga estable durante más horas. También sirve el desconectar aquellos aparatos que están enchufados permanentemente a la red eléctrica, puesto que aunque no estén en uso, sí que consumen.

Una subida histórica entre 2021 y 2022

A finales de 2021 los precios se pusieron por las nubes, situación que se mantuvo a lo largo de todo 2022 con unos valores desbocados, marcando máximos históricos y pasando a ser la energía una de las grandes preocupaciones de los ciudadanos, que abrían la factura con miedo a llevarse una sorpresa.

El motivo del alza en la electricidad tuvo varias explicaciones, entre ellas, la subida del gas y la invasión rusa de Ucrania, que, a unos números que ya estaban por las nubes, añadió bloqueos en dos países estratégicos en la producción de energía en el continente europeo.

No sólo fue la luz. Es más, precisamente por eso llegó una subida de precios generalizada que supuso que la inflación escalara con enorme rapidez hasta tocar techo al alcanzar el 8,4%, con una cesta de la compra más cara que nunca, alcanzando valores desconocidos hasta entonces. Afortunadamente esas cifras quedan hoy muy lejanas.

Depende de muchos factores

Son muchos los factores que influyen en el establecimiento del precio de la luz. Para empezar, hay que especificar que existen dos tipos de mercado, el libre y el regulado. El trasvase entre uno y otro suele ser más que habitual en función de la coyuntura económica.

En el libre, las compañías ofrecen unas tarifas que no dependen de la oferta y la demanda, sino que cobran un precio ya previamente establecido. Muchos fueron los usuarios que optaron por contratar este tipo de servicio para asegurarse una cantidad a pagar ya consabida independientemente de los cambios que pudiesen sucederse.

En el mercado regulado, la cuantía a pagar depende de la oferta y la demanda de electricidad. El PVPC se fija calculando la cantidad de energía que se prevé que será necesaria cubrir en cada hora, de ahí que salga más barato o más caro hacer uso de un electrodoméstico en función de la hora a la que se utilice. Y por otro lado, hay que tener en cuenta la fuente de energía que habrá que emplear para satisfacer la citada demanda.

Para dar cobertura al consumo, por lo general, se necesita más de una fuente de energía. Se empieza utilizando las más baratas, que son las renovables como la eólica, la hidráulica y la solar, pasando posteriormente a la nuclear. Si con la generación de esas no es suficiente, hay que utilizar las fósiles como el carbón o el gas, mucho más caras.

El problema es que el OMIE (Operador del Mercado Ibérico de Energía) establece el precio del 'pool', como se denomina ese mercado, en función de la energía más cara de la que haya tirar para completar la demanda. De modo que el día que hay que utilizar gas, toda la energía se paga a precio de gas, encareciéndose notablemente.

Ahí se sustenta una de las grandes polémicas en torno a las compañías energéticas por lo que se denominan los beneficios caídos del cielo, ya que venden en muchas ocasiones energía mucho más barata a precio de gas, algo con lo que buena parte de la población no está de acuerdo.

Sin la excepción ibérica

En esa línea, los ejecutivos españoles y portugueses negociaron con la Comisión Europea la llamada 'excepción ibérica', que cristalizó en un acuerdo rubricado en marzo de 2022 por el que se establecía un tope al precio del gas, con lo que consecuentemente se impedía que un aumento del valor de los ciclos en los que estaba presente el gas encarecieran la factura.

Dicha excepción, que venía propiciada al entenderse que la Península es una isla respecto al resto del continente en materia energética, fue prorrogada hasta finales de 2023, decayó, por lo que la meteorología y la correspondiente generación eléctrica de las fuentes renovables vuelve a tener un peso muy relevante a la hora de marcar el precio que se paga por poner una lavadora o el lavavajillas.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación