UTRERA

Casa Gómez Mier: los secretos de la única taberna centenaria de Utrera

Abrió en 1888 de la mano de Antonio García y aún mantiene dos entradas independientes, que en otros tiempos servía para que las mujeres pudieran comprar vino sin ver a los hombres beber

En esta taberna está permitido que los clientes lleven su propia comida ya que sólo se sirve bebida A.F.

ALBERTO FLORES

Una copla popular, que ha pasado de padres a hijos en los últimos siglos, dice así: « Utrera, ciudad bravía, que entre antiguas y modernas cuenta cincuenta tabernas y ninguna librería ». En pleno siglo XXI el refrán ha ido perdiendo su sentido aunque no del todo, porque la mayoría de esas tabernas clásicas han ido desapareciendo, aunque también es verdad que todavía a nadie le ha dado por abrir una librería , con lo cual la sabiduría popular, como siempre, sigue teniendo cierta vigencia.

Aun así, todavía quedan un par de rincones en la localidad que siguen manteniendo el aroma de taberna clásica , de esas donde el vino es el protagonista y cuyos muros han sido testigos de miles de conversaciones, confesiones y risas. Una de ellas es Casa Gómez Mier, ubicada en la calle Sevilla y la otra se trata de Casa Currito, ubicada en el granero de una casa palacio del siglo Casa Currito la conocida casa Surga.

De entre ellas, Casa Gómez Mier es la más peculiar, ya que solo se sirven bebidas, preferentemente vino, pero eso no significa que uno no pueda entretener al estómago mientras pasa un rato en esta centenaria taberna .

La boidega de la taberna más antigua de Utrera A. F.

Está permitido que los clientes lleven comida , ya sea elaborada en casa o comprada en los establecimientos cercanos a la taberna. Es el distintivo de Casa Gómez Mier , lugar al que todos los días acude una parroquia muy diversa, desde jornaleros, a trabajadores, pasando por jóvenes que le dan vida celebrando allí sus reuniones, sabiendo que es uno de los pocos lugares con verdadero sabor que existen en Utrera.

Casa Gómez Mier abrió sus puertas en el año 1888, de la mano de Antonio García, aunque fue José Gómez Mier, llegado desde tierras cántabras en 1900 la persona cuyo nombre quedó inevitablemente ligado a este establecimiento. Posteriormente es la familia Del Hoyo la que se encarga de la taberna, hasta el día de hoy.

Una de las curiosidades del local es que tiene dos entradas independientes, aisladas entre sí, para que en otros tiempos las mujeres pudieran acudir a comprar el vino para cocinar o el vinagre, sin que pudieran ver a los hombres que estaban en la otra parte de la taberna bebiendo vino . Las malas lenguas dicen en Utrera que llamaba la atención cómo algunas de estas mujeres que compraban el vino para cocinar lo solían pedir «fresquito» , por lo que seguro que algún trago caía antes de llegar a casa con el recado hecho.

Casa Currito

Casa Currito es el otro oasis en el desierto que pueden encontrar en Utrera los amantes de las tabernas clásicas. Solo el lugar en el que se ubica es ya de por sí un poderoso atractivo , ya que ocupa el antiguo granero de la casa Surga, la que para muchos es la casa palacio más valiosa de toda la localidad.

Un lugar en el que también se reúne cada día una clientela muy diversa, desde directores de banco hasta jubilados. Abrió sus puertas en el año 1954, fundada por Eleuterio Señas del Hoyo, que al igual que en el caso de Gómez Mier , provenía de tierras cántabras , ese grupo de hosteleros del Norte de España denominado como los «montañeses».

Aquí sí hay cocina, destaca el ardiente montadito de chorizo lebaniego. Es imposible visitar este típico enclave sin probar el famoso «hijoputa», una curiosa bebida que se obtiene mezclando mistela con solera.

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