De la sacristía al vestuario

El utrerano Juan Cuevas deja los fogones de la Iglesia Española en Roma y ficha por el Udinese, un histórico del fútbol italiano

Juan Cuevas y Ángel Castro, cocineros del Udinese ABC

Alberto Flores

Hasta hace sólo unos meses, el joven utrerano de 22 años Juan Cuevas se encargaba de los fogones en la Iglesia Española de Roma , un lugar con una historia apasionante y donde era el responsable de la alimentación de toda esta comunidad religiosa y donde pasó confinado el periodo más duro de la pandemia. La vida se ha alterado de manera radical para este joven cocinero, ya que desde el pasado mes de agosto, ha cambiado Roma por Údine y se ha puesto manos a la obra para ser el responsable de la cocina del equipo de fútbol Udinese Calcio , una escuadra que compite al más alto nivel en la Serie A italiana, la categoría equivalente a la Primera División española.

Este joven utrerano ha demostrado ya sobradamente su maestría en los fogones, lo que le ha valido para convertirse en el chef ejecutivo del equipo italiano, emprendiendo una aventura en la que le acompaña como jefe de cocina el sevillano Ángel Castro . «De buenas a primeras se nos presentó la oportunidad de subirnos a este barco que estaba zarpando, se lo propuse a Ángel –quien se encontraba trabajando en un importante restaurante de Sevilla- y los dos decidimos probar suerte. Para mí es un gran apoyo que él me acompañe en este nuevo proyecto», cuenta el cocinero utrerano.

Juan y Ángel son por tanto los encargados de alimentar a la plantilla completa del Udinese, manteniendo para ello un estrecho contacto con el departamento de nutrición del club, ya que en el deporte profesional actual se trata de un aspecto que se mima con especial cuidado. Una labor que además en tiempos de pandemia ha experimentado importantes cambios, ya que estos dos profesionales de la gastronomía han transformado una cocina que se organizaba a través de un «buffet libre» en un sistema de alimentación que funciona ahora al estilo de un restaurante , en el que se sirven cada uno de los platos para que los comensales no tengan que entrar en contacto con nada.

En cuanto al tipo de alimentación que requiere un equipo de fútbol profesional, Juan Cuevas explica que los futbolistas sobre todo «necesitan comer hidratos de carbono, proteínas y mucha verdura. Cada plato debe de llevar un cuarto de hidratos, otro de proteínas y la mitad de verduras, aunque hay que tener en cuenta que cada jugador, según su físico y necesidades nutricionales tiene una dieta personalizada».

Los dos sevillanos se encuentran en estos momentos trabajando sin apenas descanso para que el equipo italiano pueda completar la pretemporada, el momento del año en que la alimentación es todavía más importante si cabe para que los jugadores puedan adquirir la forma física necesaria que les sostenga durante toda la campaña.

Al igual que hacía en su anterior trabajo en Roma, Juan Cuevas es un inmejorable embajador de la cocina española y allí donde trabaje siempre trata de aplicar los secretos que le enseñó su abuela para preparar platos típicamente españoles . Así, desde que se encuentra al mando de la cocina de este equipo de fútbol ya ha preparado algunas recetas como el potaje de garbanzos o el salmorejo . Precisamente con respecto a este último cuenta entre risas como la primera vez que lo preparó y los jugadores se lo llevaron para disfrutarlo a casa «al día siguiente muchos vinieron a decirme que estaba malísimo y es que resulta que lo metieron en el microondas antes de comerlo, pensando que era un plato caliente». Platos propios de la cocina española que el cocinero utrerano precisa que hay que prepararlos con imaginación, ya que hay productos como «el ajo y la cebolla que los jugadores no pueden tomar en su dieta».

Al margen del día a día en esta nueva cocina, el utrerano cuenta como «no he perdido el contacto con mi familia de Roma» y con respecto a la ciudad donde reside ahora explica que « es un lugar muy tranquilo, muy bien comunicado con lugares como Venecia o Esloveni a y donde además parece que no hay pandemia, no hay muchos casos y casi nadie usa mascarillas en las calles».

Un utrerano que nunca pierde de vista lo que ocurre en su tierra, que está siempre pendiente de las tradiciones de su ciudad natal y que confiesa como «nunca he sido un gran aficionado al deporte en general y menos al fútbol , pero cuando se trata de trabajar de cocinero y en un reto tan apasionante como este, como si hay que hacerlo en un equipo de badminton».

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