Aventura

El reto de dos utreranos cruzando a nado el Estrecho

Ha sido una actividad solidaria, con el objetivo de conseguir fondos para la construcción de una escuela en la India

Javier Pariente y Pepe Valero han sido los dos valientes utreranos U.C.E.

Alberto Flores

Un grupo de nadadores de larga distancia de Utrera han protagonizado recientemente un reto al alcance de muy pocos deportistas en la localidad. Javier Pariente y Pepe Valero se han quedado a solo 900 metros de cubrir a nado la distancia que separa Tarifa de Marruecos, cumpliendo así un reto por el que llevaban luchando muchos meses y que se ha hecho con fines solidarios, para tratar de ayudar a la Fundación Vicente Ferrer, en la construcción de una escuela en la India.

El último año este grupo de nadadores utreranos ha trabajado muy duro para tratar de aclimatar sus cuerpos a un esfuerzo de estas características. Por ello han participado en varias pruebas de larga distancia celebradas a lo largo y ancho del territorio nacional. Después de llevar a cabo un minucioso estudio de las condiciones de la zona, decidían lanzarse al agua en Tarifa el pasado 24 de noviembre, en un día frío, en el que la temperatura no superaba los 10 diez grados, pero en el que las previsiones indicaban que el estado del mar era el idóneo para afrontar un reto de estas características.

A la hora de llevar a cabo una aventura de estas características, resulta vital tener muy en cuenta el estado del mar, la altura de las olas y las mareas. Por delante les esperaba una travesía de catorce kilómetros , acompañados de un importante equipo de apoyo a bordo de una zodiac, que controlaban otras variables, como la alimentación y la hidratación de los dos nadadores, ya que en este medio un desvanecimiento del nadador, puede ser mortal.

Además de todas las dificultades que supone una aventura de estas características, hay que sumar una serie de problemas estomacales que comenzó a sufrir uno de los nadadores, en este caso, Pepe Valero, cuando la prueba había superado la hora de duración. El utrerano, después de tanto esfuerzo en la preparación de los meses pasados, no quiso arrojar la toalla y se sobrepuso a estos problemas con coraje y valentía .

Uno de los momentos más emocionantes de toda la travesía tuvo lugar cuando la expedición se encontró nadando entre un grupo de una decena de ballenas , lo que supuso un espectáculo visual único y un aliciente que dio muchos ánimos para las mermadas fuerzas de los nadadores.

Cuando el reto alcanzaba ya las siete horas y media de duración, la expedición recibió la visita de una patrulla marítima, requiriendo el permiso expreso del gobierno marroquí para poder arribar a la costa. Así, cuando los nadadores estaban solo a 900 metros de la costa, el grupo fue invitado por la patrulla a abandonar, aunque la sensación en toda la expedición utrerana es la misma que si hubieran conseguido arribar a tierra, ya que conseguir aguantar casi ocho horas nadando en el Estrecho de Gibraltar, un lugar donde las dificultades son muchas, es algo que tiene muchísimo mérito .

Esta aventura ha sido posible gracias a la ayuda de muchas personas, que han estado en todo momento junto a los nadadores utreranos, que a través de la propia travesía y de numerosas actividades celebradas en fechas previas, han tratado de recoger fondos para que la Fundación Vicente Ferrer , pueda construir una escuela en la India. 

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