SOCIEDAD
La intensa experiencia de cinco jóvenes utreranos en el Camino de Santiago
Con esfuerzo pero con mucha ilusión afrontaron una de las etapas del camino
![Los cinco jóvenes utreranos a su llegada a Santiago/ A.F.](https://s1.abcstatics.com/media/2016/08/26/s/camino1--940x250.jpg)
La aventura comienza un 24 de julio. Sarria, un municipio de Lugo, es el punto de salida hacia Santiago de Compostela. Sus calles son testigos de la peregrinación que empezarán cinco jóvenes utreranos hacia la capital gallega. En mente, un único propósito: visitar a Santiago Apóstol. En cuerpo, una única motivación: la devoción que profesan. Ellos son Antonio Ramos Bohórquez, Pedro Tenorio García, Agustín González Corpas, Álvaro Martín Bernal y Alberto Rodríguez Ruíz. Se cuentan por miles las personas que acuden cada año como peregrinos a la Catedral de Santiago de Compostela. Sea caminando, en caballo o en bicicleta, el camino nunca es fácil. Sin embargo, todos coinciden en que merece la pena y en que el Camino de Santiago es una experiencia que se debe vivir al menos una vez en la vida.
Una de las rutas más populares es la que conecta Sarria con Santiago de Compostela . Consta de cinco etapas y cada una de ellas presenta diversas dificultades, pero también acerca aún más a los peregrinos a su objetivo. Y con la visualización de ese destino partieron los cinco utreranos el día 25 de julio. El primer trayecto, de 22.4 kilómetros, los llevó hasta Portomarín. Se trata de un tramo de dificultad elevada por sus irregularidades, ya que presenta tanto subidas como bajadas en una zona con relieves que hace difícil el caminar.
Al día siguiente, los jóvenes continuaron su camino hacia Palas de Rei. Unos 25 kilómetros en los que destaca la monotonía en el paisaje, ya que la ruta se traza en paralelo a la carretera. Este hecho hace que la caminata resulte más dura por la pesadez de las vistas. Las ampollas y las heridas ya han hecho acto de presencia, pero eso no es impedimento alguno para continuar. La tercera etapa se sitúa justo en el ecuador, ya se han hecho dos y, sin contar esta, quedan otras dos. Arzúa es ahora la meta. Es la parte que suma más distancia, 28.8 kilómetros aproximadamente. A mitad de camino los utreranos decidieron realizar una breve pero obligada parada en Melide, para degustar el famoso y exquisito pulpo. La segunda parte de esta ruta es la más fatigosa , ya que es necesario realizar subidas y bajadas bastante pronunciadas. El esfuerzo resultó tan agotador que se llegaron a plantear la idea de buscar otro tipo de transporte. No obstante, gracias a la enorme motivación que sentían, lograron finalizar con éxito. De hecho, una etapa que es considerada como la más larga, con una duración de más de 7 horas, la llevaron a cabo en 6 horas. El final de la aventura se acercaba.
Dos etapas les separaban de su destino. Pedrouzo era la siguiente piedra en el camino. Pero para ello debieron recorrer 19.1 kilómetros. Al final de la jornada los cinco jóvenes pudieron disfrutar de la famosa cerveza «La peregrina». Y tan solo quedaba un paso más. En 20 kilómetros concluiría la ruta, pero no la experiencia ni el viaje. Los utreranos pusieron rumbo a Santiago de Compostela bien entrada la madrugada. La ilusión por llegar a la Catedral era el mejor aliciente. Las ampollas en los pies y los dolores en las rodillas y las espaldas no importaban, solo eran las secuelas de tantos kilómetros. Poder escuchar la misa del peregrino, ver funcionar el botafumeiro y dar un abrazo a Santiago Apóstol era lo que de verdad había hecho posible que todo el esfuerzo realizado mereciera la pena para Antonio, Pedro, Agustín, Álvaro y Alberto.