Reconocimientos

La Flor de Utrera, un anís que conquista todos los paladares y que consigue destacados premios

La empresa utrerana acaba de recibir en Madrid la «medalla de oro al mérito en el trabajo»

José Antonio Espinar, gerente de La Flor de Utrera, recogiendo el premio en una gala celebrada en Madrid A.F.

Alberto Flores

Una de las empresas más emblemáticas de Utrera, como es el caso de la destilería «La Flor de Utrera», acaba de recibir en Madrid un más que merecido reconocimiento. En este caso el director de esta empresa familiar que comenzó a dar sus primeros pasos en el año 1960, José Antonio Espinar , ha recogido la «medalla de oro al mérito en el trabajo», que otorga la Asociación Europea de Economía y Competitividad.

«Hemos recibido el premio con sorpresa, parece que estamos haciendo las cosas bien. Sólo sé trabajar de esta manera, de la forma que me enseñó mi padre y mis tíos, que a su vez aprendieron de mi abuelo Antonio Espinar», explicaba Espinar, tras acudir a una cena de gala celebrada en el Hotel Mirasierra de Madrid, en la que compartió una bonita jornada con empresas de todo tipo asentadas en diferentes zonas del territorio nacional que siguen apostando por métodos artesanales de producción .

La Asociación Europea de Economía y Competitividad (AEDEEC), la entidad que ha otorgado el premio a esta empresa utrerana es una organización creada con el fin de promover, desarrollar y reconocer los mecanismos de las empresas que fomentan un buen desarrollo empresarial dentro del marco europeo.

José Antonio Espinar sigue elaborando el anís como lo hacían su padre, su tío y su abuelo

Cada año, cuando termina la Feria de Utrera en el mes de septiembre, las instalaciones de la destilería comienzan a funcionar a toda máquina para preparar la campaña navideña, sin lugar a dudas el momento del año en el que existe mayor demanda de anís, ya que los utreranos no conciben estas fechas sin la presencia de la inconfundible silueta de la botella de anís utreranos obre la mesa. Una empresa familiar utrerana que ya va por su tercera generación y donde el proceso sigue siendo muy cuidadoso, para que el sabor del anís siga siendo el mismo que diseñó el abuelo de José Antonio.

Las cosas bien hechas y los productos artesanos conjugan con dificultad con la producción industrial y en serie, por eso el anís La Flor de Utrera ha sido en cierta manera el secreto mejor guardado de los utreranos, ya que durante décadas no salió de las fronteras de la localidad. Una producción que los responsables de la empresa están tratando de «aumentar cada año un poquito más, pero siempre de una manera muy progresiva, porque no queremos perjudicar el producto artesano de toda la vida por vender más», explica José Antonio Espinar, quien apuesta por un crecimiento sostenido para seguir manteniendo la identidad. Así gracias a las posibilidades que ofrecen las nuevas tecnologías, la empresa recibe actualmente pedidos de Madrid y de Barcelona, ha llevado u na exótica incursión a China y hay posibilidades incluso de entrar a pequeña escala en el mercado de Estados Unidos.

Temporada alta

En estas fechas, José Antonio confiesa que «estamos en nuestra temporada más fuerte, trabajando al 120% », al mismo tiempo que reconoce como ese bulo que corría todos los años en Utrera, en el que muchos aseguraban siempre que era el último año en el que se producía anís y llegaban a la destilería muchas personas con la intención de comprar varias cajas para poder seguir disfrutando este producto, «afortunadamente hoy ya parece que ha dejado de correr y la gente sabe que vamos a seguir produciendo, las redes sociales han servido también para evitar estas cosas y estar en contacto con nuestros clientes».

Antonio Espinar –el abuelo de José Antonio- inició esta aventura a comienzos de la década de los 60 del pasado siglo XX, ubicando la primera destilería en las proximidades de los juzgados de Utrera. Con el objetivo de crear una bebida que conquistara los paladares de los utreranos, realizó todo tipo de pruebas utilizando a los parroquianos del mítico «Bar Sanlúcar» como conejillos de indias, hasta que tras muchas pruebas, consiguió dar con la fórmula que desde entonces se ha convertido en un sabor fundamental para conocer la personalidad de Utrera.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación