Cultura
Enrique Montoya fusiona poesía y copla flamenca en el teatro de Utrera
El utrerano no ofrecía un concierto en la localidad desde el verano de 2007

La noche del viernes 27 de enero en Utrera estará marcada por un espectáculo muy especial, protagonizado por uno de los artistas más queridos y con más talento que ha dado la localidad. Enrique Montoya Candela escenifica un esperado regreso en solitario a los escenarios, donde ofrecerá a los presentes un recital que lleva por título «Versos y Cantares». El utrerano fundirá la copla y el flamenco con los versos de poetas tan reconocidos como Federico García Lorca, Manuel y Antonio Machado, Benítez Carrasco, Alberti o Rafael de León.
Candela no estará solo en el escenario, ya que su inconfundible voz estará acompañada por la guitarra flamenca de Pitín hijo, el piano de Alberto Bocanegra, el violín de Leo Rossi, el bajo de Juan Manuel Ruiz y la percusión de Tete Peña. También contará con el baile de Sofía Suárez y la voz de La Inés como invitadas especiales. La cita comenzará a las 21.00 horas y las entradas están a la venta al precio de 10 euros en el anfiteatro y 15 euros en el patio de butacas y palcos . Se pueden adquirir en las taquillas del teatro o en la página web del Ayuntamiento de Utrera ( www.utrera.org ), a través de la aplicación Utrera Ticket.
Hace prácticamente una década que Enrique Montoya no ofrecía en su localidad natal un recital en solitario como el que ha planteado para el 27 de enero. Nunca ha dejado la música de lado, ha seguido componiendo y cantando en la intimidad , pero no ha sido muy habitual poder disfrutar de su propuesta artística en los escenarios. Como no podía ser de otra manera, su vuelta llega en un lugar cargado de simbolismo, como es el teatro municipal Enrique de la Cuadra, un escenario, que como el propio Candela indica «tiene algo de especial en cuanto a sonoridad, pero para mí tiene un enorme valor sentimental, porque es el lugar donde acudía cuando era pequeño a ver cine, a disfrutar de las grandes compañías de artistas que venían a Utrera y donde escuchaba como mi madre animaba a mi padre cuando actuaba».
Cuando tenía solo 14 años Enrique Montoya se compró una guitarra y le pidió decidido a su padre que le enseñara algunos tonos. La música corría por sus venas, pero su padre lo convenció para que estudiara y se garantizara un futuro profesional al margen de los escenarios. Poco a poco, con el paso de los años fue capaz de compaginar la música con su trabajo , grabó varios discos y siempre pudo mantener la independencia suficiente para hacer lo que sentía en cada momento.
Cuando se le cuestiona por el estilo musical en el que se encuentra más cómodo, Montoya lo tiene muy claro: «hago copla flamenca, me considero flamenco , de carácter, de forma de ser, es lo que he sentido siempre, aunque también soy muy coplero, una cosa no me quita la otra. Musicalmente y poéticamente son muy ricas las coplas tienen un importante significado cultural y musical».
Enrique es uno de los representantes de una familia que con el paso de los años se ha convertido en una de las dinastías que más artistas ha dado a la localidad. Su padre Enrique marcó una época , su hermano Tate fue también un artista muy querido, y Juanlu Montoya ha sido el encargado de recoger todo ese legado y actualizarlo. «Siento en la calle todo el cariño que la gente de Utrera le tiene a mi familia, mi padre fue ante todo un hombre bueno y me siento muy orgulloso de que fuera la gente de Utrera la que pagara su monumento, no los políticos. Siento ese cariño reflejado en mí».
Enrique vivió muy de cerca la espectacular generación de artistas flamencos que surgieron en Utrera en la segunda mitad del siglo XX, una constelación de estrellas que marcaron una época. « Utrera tiene el lugar que se merece en el mundo del flamenco , todos los artistas que vienen de fuera le dan mucha importancia a cantar aquí. Quizás, somos nosotros mismos los utreranos los que no nos damos cuenta de lo que tenemos. Hubo una época dorada del flamenco y es muy difícil que vuelva a ocurrir, son momentos de la vida que se dan así, los artistas no brotan como brotan las hierbas, y tampoco hoy en día ya se tiene la forma de vida que se tenía antes».
El 2017 ha empezado para Enrique de una manera muy especial, con la preparación de un recital, para el que este entrañable utrerano pide al pueblo que «llene el teatro, con el teatro lleno se canta mucho mejor» , en un año en el que asegura que su principal proyecto es el de «vivir, vivir el momento y aprovechar el amor de los que me rodean».