OCIO
Dorantes en estado puro a los pies de la torre del homenaje del castillo de Utrera
El pianista lebrijano llega con su espectáculo ‘Íntimo’ al ciclo ‘Noches de verano en el castillo de Utrera’
David Peña Dorantes asegura que las inolvidables fiestas flamencas que vivió en su juventud en Utrera fueron para él «una especie de conservatorio donde aprendí el lenguaje del flamenco». Una tierra a la que vuelve para impartir su maestría en la jornada del jueves 22 de julio a partir de las 22.00 horas , donde estremecerá con sus manos mágicas a un privilegiado auditorio que va a poder disfrutar de su propuesta en el ciclo cultural ‘Noches de verano en el castillo de Utrera’.
El genial músico lebrijano llega en estado puro a una tierra que es muy especial para él y para toda su familia, con una propuesta musical llamada ‘Íntimo’, en la que sólo estará acompañado por su inseparable piano, ahí es nada. «En la filosofía de este espectáculo es importante que yo esté sólo ante el piano, porque es mi identidad y es lo que a mí me ha tallado. Se trata de retomar los recuerdos y abrir los cajones de la existencia, tratando de volver a vivir esos recuerdos y transformarlos en música. Es un ejercicio en el que quiero plasmar quien soy, a donde voy y de donde vengo», cuenta Dorantes.
El entorno en el que se celebrará este concierto está dominado por el monumento más antiguo de Utrera, un castillo de origen árabe, que hunde sus raíces en el siglo XIII y en el que a lo largo del mes de julio ya han sonado las voces de artistas como Rafael de Utrera, Enrique Montoya, Manuel de Angustias o Los Centellas. Al verano en este enclave todavía le quedarán importantes citas que protagonizarán artistas Arcángel o Zenet.
Verano
El verano se presenta con numerosos actuaciones y citas en las que el piano de Dorantes va a ser protagonista en diferentes puntos de la geografía española, una situación que el músico ha recibido con los brazos abiertos, ya que asegura que «paso muchas horas encerrado en una habitación tocando únicamente para mí , pero también me apetece tocar para los demás y compartir lo que creo. Me tengo muy visto, prefiero exponer a la gente en lo que estoy trabajando y compartir mi corazón».
Un público que se emociona de manera especial cuando comienzan a surgir las notas únicas que parten del piano de Dorantes, quien está convencido de que «la escala de valores nos ha cambiado a todos y el público a la hora de asistir a un concierto lo valora mucho más que antes. El público absorbe ahora hasta el último armónico de la última nota, como una buena copa de vino».
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