Coronavirus Sevilla
El sentido mensaje de esperanza del colegio utrerano Rodrigo Caro ante la crisis del coronavirus
Los alumnos del centro escolar han protagonizado un emotivo vídeo en el que hacen un bonito guiño a la Semana Santa
Todos los años, la Semana Santa en Utrera comenzaba al mediodía del Viernes de Dolores. Ese era el momento en el que el colegio público Rodrigo Caro protagonizaba una entrañable procesión por algunas calles del centro de la ciudad, conocida por muchos de manera cariñosa como «el pasito» . Una pequeña procesión en la que los alumnos recreaban hasta el más mínimo detalle todo lo que significa en nuestra tierra una estación de penitencia de una hermandad y en la que no faltaban ningún año los pasos, costaleros, capataces, contraguías, músicos, nazarenos y hasta niñas ataviadas de mantilla y que realizaba incluso una pequeña visita a la iglesia de San Francisco. Aunque este año las circunstancias obviamente han obligado a la suspensión de este bonito acto, la comunidad educativa del colegio utrerano ha impulsado una creativa alternativa.
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De esta manera, los padres y madres de los niños de educación infantil de cuatro años, precisamente el grupo de alumnos que hubieran tomado parte en la famosa procesión, se han puesto manos a la obra para poder crear un simpático vídeo . Cada uno de ellos ha grabado en fragmento en sus casas, que posteriormente ha sido editado por el utrerano Pepe Marín Primo, consiguiendo un resultado que ha llegado al corazón de numerosos utreranos y que termina también con un precioso mensaje que lanza a sus alumnos la profesora del colegio.
Así, en el vídeo se trata de trasladar «un mensaje de esperanza» y en él aparecen los pequeños vestidos de costaleros, acólitos, de mantilla, tocando el tambor e incluso alguno de ellos con sus corbatas paras estrenarlas el Domingo de Ramos. Cada uno de estos pequeños lanza un mensaje, con frases tan simpáticas como: «Queremos que todos seamos felices y que todos volvamos pronto al cole», o «cuando todo esto termine voy a ir con mis amigos a un bar a comer gambas» e incluso otro de los pequeños que asegura completamente convencido que «esta Semana Santa me voy a quedar en casa tocando el tambor».