Cultura

La casa de los Álvarez Quintero, recreada en el teatro municipal de Utrera

El legado de los famosos escritores tiene más de 4.000 libros

Uno de los rincones de la casa recreada ABC

Alberto Flores

Serafín y Joaquín Álvarez Quintero , dos escritores nacidos en Utrera sin los que es complicado entender el primer tercio del siglo XX español, dormían en dos camas individuales que apenas estaban separadas por un metro. De día y de noche eran inseparables, y de sus plumas nacieron historias que todavía hoy sorprenden y hacen reír a a amantes del mundo del teatro.

En ese mismo dormitorio en el que ambos dormían juntos, muy cerca de las dos camas, se ubicaba una pequeña mesa de camilla, donde nunca faltaba tinta y papel, por si a alguno de los dos, le llegaba la llamada de las musas en forma de inspiración en mitad de la noche, para que así esa historia o idea pudiera quedar recogida por escrito.

Todos estos detalles han llegado hasta nuestros días gracias al legado de Los Quintero, una recreación del universo más cercano de estos famosos hermanos que a modo de museo se encuentra en un rincón del teatro municipal Enrique de la Cuadra de Utrera .

Javier Mena, historiador municipal y especialista en el mantenimiento del patrimonio cultural, ha estado siempre muy cerca de este pequeño tesoro, que fue legado por la sobrina de los literatos María Luisa Álvarez Quintero y que ha estado expuesto en diferentes ubicaciones en Utrera.

En ese mismo dormitorio en el que ambos dormían juntos, muy cerca de las dos camas, se ubicaba una pequeña mesa de camilla, donde nunca faltaba tinta y papel

Todos eran objetos que estaban en el piso que los dos hermanos tenían en la calle Velázquez en Madrid , y que en un principio estaban destinados a crear una casa-museo en la vivienda en la que los Álvarez Quintero nacieron en Utrera, pero que fue derruida al ser comprada por el Estado para instalar allí la actual oficina de Correos.

Javier Mena conoce perfectamente hasta el último rincón de este mágico espacio, donde hay más de 5.000 objetos, de los que aproximadamente 4.000 son libros.

«Algunos de ellos están dedicados a los Álvarez Quintero por los propios autores que los escribieron y sorprende ver como tenían muchos libros en inglés, francés y alemán. Incluso estaban suscritos a revistas culturales alemanas», cuenta el propio Javier Mena, quien desde el año 1993 se encuentra al cargo de este legado que ha cuidado con mimo y que se puede visitar solicitándolo a través de una llamada a la Casa de la Cultura (955 86 09 31).

El legado está organizado de una forma en la que se recrean espacios como la biblioteca, el cuarto de trabajo, la sala de estar o el propio dormitorio de los hermanos Álvarez Quintero. Para ello, se acudió tanto a las fotografías que se conservan de la época como a las indicaciones de la propia sobrina de los autores utreranos. Además de la biblioteca, hay que destacar también una interesante pinacoteca donde se encuentran obras de importantes autores andaluces como García Ramos, Gonzalo Bilbao, Moreno Carbonero o Pantorba.

Se puede visitar solicitándolo a través de una llamada a la Casa de la Cultura (955 86 09 31).

También se encuentran en este espacio los cuadros conmemorativos de títulos de hijos adoptivos de Sevilla y de hijos predilectos de Utrera, así como los nombramientos de ambos como miembros de la Real Academia Española de la Lengua (RAE). Pasear por este espacio dedicado a dos de los utreranos más famosos de toda la historia es en cierta manera realizar un auténtico viaje en el tiempo en el cual es posible encontrar recuerdos personales de los dos hermanos, como por ejemplo numerosas fotografías dedicadas por las actrices más destacadas de comienzos del siglo XX, entre las que destacan nombres como María Guerrero, Maruchi Fresno, Margarita Sirgú o Guadalupe Muñoz.

Incluso hay un álbum de fotografías en las que también destaca un momento desenfadado en el que los dos hermanos llegaron a torear en el campo con el mismísimo Juan Belmonte , otro símbolo muy ligado a Utrera donde pasó algunos de sus mejores años y donde también falleció. Rastreando en el legado es posible también descubrir en algunas fotografías la figura de Pedro, el mayor de los hermanos, que como apunta Javier Mena, «es un gran desconocido, pero tenía una inteligencia prodigiosa e influyó mucho sobre sus hermanos».

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