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La UCA elabora un protocolo para prevenir conductas suicidas en los universitarios

En el curso 2023/24, de las 319 solicitudes recibidas mediante el Centro de Atención al Usuario de la institución académica gaditana, 21 mujeres y 19 hombres afirmaban haber tenido pensamientos de suicidio alguna vez a lo largo de su vida

El suicidio, la muerte silenciada que continúa siendo un tema tabú

La UCA elabora el Protocolo de Prevención de la Conducta Suicida. francis jiménez
Beatriz Estévez

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«La transición hacia la vida universitaria representa no sólo un período emocionante, sino también un desafío en el que los jóvenes se encuentran ante nuevas responsabilidades, cambios en sus relaciones sociales y académicas, así como presiones adicionales para alcanzar sus metas y lograr la integración. En ocasiones, estas exigencias y demandas, sumadas a otras problemáticas relacionadas con la salud mental, pueden ejercer un impacto significativo en el alumnado, incrementando el riesgo de que puedan desarrollar pensamientos o conductas suicidas». Así arranca el Protocolo de Prevención en Conducta Suicida que el Consejo de Gobierno de la Universidad de Cádiz aprobó a finales del pasado mes de octubre para ponerlo en marcha como plan de actuación para el estudiantado.

Siguiendo las indicaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS, 2022), desde el Servicio de Atención Psicológica y Psicopedagógica (SAP) de la UCA -dependiente del Vicerrectorado de Salud y Bienestar de la Comunidad Universitaria- se han sumado a las tareas de promoción y prevención en salud mental, siendo la prevención del suicidio una «absoluta prioridad» en este campo. Es por ello que se ha elaborado este protocolo integral de prevención de conductas suicidas con objeto de «amparar una actuación precoz» en el caso de detección de riesgo suicida.

Y es que en 2022, según los datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE), fallecieron 4.227 personas por suicidio en España, una media de 11,6 personas al día; siendo un 74% de ellas varones (3.126) y un 26% mujeres (1.101). Y entre los 15 y 29 años -marco de edad en el que se encuadra la mayoría de los estudiantes de la UCA-, el suicidio es la principal causa absoluta de muerte, provocando 341 fallecimientos anuales frente a los 320 de los accidentes de tráfico o los 276 de los tumores. A las muertes por suicidio hay que añadir los intentos y la ideación suicida. Según cálculos de la OMS, se dan aproximadamente 20 intentos de suicidio por cada suicidio consumado.

A todos estos datos hay que añadir también que, según informes recientes de la Consejería de Salud y Consumo de la Junta de Andalucía, se ha observado un aumento gradual en la incidencia de ideación suicida e intentos de suicidio en los años 2020 y 2021. En el caso específico del Servicio de Atención Psicológica y Psicopedagógica de la UCA, en el curso 2023/24, de las 319 solicitudes recibidas mediante el Centro de Atención al Usuario (CAU), 40 casos afirmaban haber tenido pensamientos de suicidio alguna vez a lo largo de su vida, de los cuales 21 son mujeres y 19 hombres.

De ahí la elaboración de este protocolo que, apuntan desde la institución académica gaditana, no sólo pretende «identificar y brindar apoyo al alumnado en riesgo de suicidio«, sino también «fomentar una cultura de bienestar dentro del entorno universitario». Así, el documento establece un procedimiento de actuación integral para abordar la problemática del suicidio dentro de la comunidad universitaria «desde la prevención, creando un entorno de apoyo y cuidado para el alumnado».

Como objetivo general se plantean desde el SAP «atender la demanda de la comunidad universitaria en cuanto a formación, sensibilización e intervención en las conductas suicidas del estudiantado». Y como objetivos específicos se han fijado los siguientes: establecer un sistema de detección temprana, desarrollando e implementando procedimientos efectivos para identificar y evaluar a las personas en riesgo de conductas suicidas, incluyendo la capacitación del personal docente, PTGAS (Personal Técnico, de Gestión y de Administración y Servicios) y alumnado en la detección de señales de alarma; garantizar el acceso rápido a servicios de intervención en crisis (por ejemplo, líneas telefónicas de ayuda y asesoramiento psicológico de emergencia) para los estudiantes que estén experimentando pensamientos suicidas o crisis emocionales agudas; fomentar la creación de redes de apoyo y figuras clave, facilitando la conexión entre los miembros de la comunidad UCA y los recursos de apoyo disponibles, incluyendo servicios de salud mental, grupos de apoyos universitarios y actividades de bienestar emocional; y evaluar la eficacia del protocolo.

Medidas de prevención

Desde el Servicio de Atención Psicológica y Psicopedagógica de la UCA se han marcado varias líneas de actuación preventivas para la comunidad universitaria. Entre ellas, además de elaborar y difundir esta guía de prevención; se establece realizar actividades y actuaciones de sensibilización (por ejemplo, publicaciones en redes sociales, cartelería, actividades y dinámicas en el aula o en espacios comunes, jornadas y eventos, etcétera); facilitar el acceso a otros recursos de interés; crear un clima de protección y seguridad a través de medidas como el Plan de Acción Tutorial o el Proyecto Acompáñame; contribuir al desarrollo integral de la persona en todos sus ámbitos a través de talleres, congresos y experiencias, como el Programa de Apoyo al Aprendizaje; realizar formaciones con carácter voluntario en detección de riesgos y en primeros auxilios psicológicos al personal (PTGAS/PDI) de los cuatro campus; y crear figuras mediadoras que conozcan el protocolo y que velen por la puesta en marcha del mismo.

Asimismo, la Universidad de Cádiz se encargará de divulgar el flujo de actuaciones incluido en esta guía y resolver dudas a los agentes sociales implicados.

Además, el protocolo también recoge que se pueden implementar las siguientes medidas desde la propia comunidad universitaria: promover un clima universitario armónico y saludable ofreciendo espacios de ocio y descanso donde poder compartir y desarrollar vínculos sociales, como por ejemplo zonas de descanso, cafeterías, etcétera. Y ofrecer recursos deportivos, formativos, culturales y/o artísticos, así como fomentar la participación en los mismos.

Actuaciones ante una conducta suicida

El documento elaborado por la UCA también recoge las actuaciones que deben llevarse a cabo ante una conducta suicida. Y para ello es necesario saber identificar posibles señales de alerta en la persona, así como tener claras pautas prácticas en relación a qué hacer y qué no.

Es por ello que se describen varias señales de alerta verbales y no verbales, así como las medidas de decisión sobre qué hacer y qué no ante una conducta suicida.

Entre las señales de alerta verbales se destacan verbalizaciones del tipo «estarías mejor sin mí», «vivir así no tiene sentido»; pesimismo y falta de esperanza en el futuro mediante frases como «no tiene sentido hacer el esfuerzo, no va a servir para nada»; despedirse en persona, por escrito o desde cualquier red social; y expresiones de ideas relacionadas con el deseo de suicidarse o morir.

Como señales de alerta no verbales, el protocolo recoge la apariencia física descuidada, el aumento de quejas somáticas como síntomas relacionados con la ansiedad (dolor de estómago, de cabeza, fatiga, etc.); apatía, desinterés y anhedonia; aislamiento social y familiar; consumo de tóxicos (legales e ilegales); faltas injustificadas a clase, empeoramiento del rendimiento y pérdida de interés por las tareas académicas; regalar objetos personales preciados; cerrar de forma sorpresiva los perfiles de redes sociales o enviar mensajes de despedida desde estas plataformas, etcétera.

Y con respecto a qué hacer, se recomienda asegurar un clima de confianza en el centro con el fin de que el alumnado se sienta seguro, tranquilo y acompañado; facilitar la expresión emocional; practicar la escucha activa; prestar especial atención a los miembros más vulnerables del alumnado (los más solitarios, con problemas emocionales, en situaciones difíciles...), transmitir disponibilidad; e incidir en que el suicidio es una solución definitiva a un problema que posiblemente sea temporal.

En cambio, no se debe hacer un interrogatorio cuando se detecte un caso de riesgo; ni impedir la expresión emocional o invalidarla con frases del tipo «no te falta nada», «ya se te pasará»; tampoco se debe centrar la otra persona en conocer detalles morbosos tanto de las situaciones personales del alumnado como del método elegido en caso de que se le comunique ideación suicida activa; evitar también presionar al alumnado para hablar del tema sobre todo en contexto de grupo; y no ir con prisa evidente.

Medidas de posvención

Un suicidio consumado puede tener un impacto profundo en la comunidad universitaria y en los familiares y allegados de la persona que lo ha llevado a cabo. Por ello, el protocolo elaborado por la institución académica gaditana también aborda la posvención como un elemento de suma importancia en la atención a la conducta suicida, siendo el objetivo principal de las medidas posventivas «facilitar el proceso de duelo de la comunidad universitaria y los familiares y personas allegadas, así como prevenir futuros incidentes».

El plan de actuación ante un suicidio consumado será llevado a cabo por un equipo de respuesta/acompañamiento encargado de coordinar y ejecutar las medidas de posvención. Dicho equipo estará conformado por el Vicerrectorado de Estudiantes, el SAP y el equipo decanal del centro del estudiante en cuestión, y mantendrá relación con las autoridades y los servicios de salud locales.

Los objetivos específicos de este plan son tres: recabar información y notificar los acontecimientos; proporcionar apoyo emocional y psicológico a las personas afectadas o la derivación a los servicios externos correspondientes; y prevenir futuros incidentes.

Por último, la guía también ofrece información sobre diferentes medios y recursos que pueden resultar de utilidad, como la línea telefónica de atención a la conducta suicida (024) del Ministerio de Sanidad, el teléfono único de emergencias para toda la Unión Europea (112), el teléfono de la Esperanza (717003717), la asociación de Profesionales en Prevención y Posvención del Suicidio 'Papageno', las aplicaciones Calma y Prevensuic, la Guía sobre la prevención del suicidio para personas con ideación suicida y familiares de la Junta de Andalucía, la Guía de autoayuda para la prevención del suicidio elaborada por la Comunidad de Madrid, y la asociación para la Prevención del Suicidio y de la Salud Mental 'Sendas'.

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