Sucesos
Tres detenidos por robar más de 700 arquetas en siete pueblos de Sevilla
El grupo criminal, que se hacía pasar por trabajadores de la construcción, sustrajeron el material en Guillena, Burguillos, Castilblanco de los Arroyos, Aznalcóllar, Gerena, La Rinconada y Sanlúcar la Mayor
El robo de tapas de arquetas causa un herido en el polígono El Pino

Agentes de la Guardia Civil de La Rinconada ha procedido a la detención de tres personas, desarticulando un grupo organizado dedicado a la sustracción de tapas de arquetas en la provincia de Sevilla. Se les investigan por los supuestos delitos de pertenencia a grupo criminal, robo con fuerza en las cosas, hurto continuado, contra la seguridad vial, falsedad documental, usurpación de identidad y receptación.
Las investigaciones comenzaron el pasado mes de abril de 2022 a raíz de una serie de robos y hurtos de tapas de alcantarillado, imbornales y de registro, cometidos en la localidad de Guillena, extendiéndose posteriormente a las poblaciones de Burguillos, Castilblanco de los Arroyos, Aznalcóllar, Gerena, La Rinconada y Sanlúcar la Mayor, llegándose a contabilizar la ausencia de más de 700 arquetas con un valor aproximado de 200.000 euros.
El robo de estos materiales no sólo es preocupante desde un punto de vista económico, sino que al estar situados en la misma calzada dejaban a la vista huecos que podían llegar a tener una profundidad de dos metros, provocando un riesgo grave de accidente para viandantes y vehículos además de permitir la salida de animales como ratas.
Como consecuencia de ello y con la finalidad de prevenir más robos y su comercialización fraudulenta, la Guardia Civil estableció una serie de dispositivos de control de vehículos y personas en las localidades más afectadas, así como realizó múltiples inspecciones en centros de reciclaje de residuos, obteniendo como resultado indicios sólidos de la participación de los integrantes del grupo desarticulado.
Los agentes comprobaron que estas personas almacenaban las arquetas para su posterior distribución en centros de reciclaje. Con objeto de justificar la procedencia del material sustraído, simulaban pertenecer a empresas de construcción y reformas ficticias, así como centros de almacenaje de residuos, llegando a presentar documentos emitidos por las citadas empresas con identidades falsas, dificultando en gran medida la trazabilidad del material ante una posible investigación.
Inspecciones
Las tapas de arquetas eran camufladas bajo el nombre de chatarra industrial, llegando el grupo criminal a introducir durante un año más de 80.000 kilos de hierro en el mercado. Como consecuencia de las inspecciones realizadas, se levantaron varias actas administrativas a los centros que no disponían de licencia de apertura municipal y estaban receptando el material sustraído.
Los detenidos fueron puestos a disposición judicial, decretándose el ingreso en prisión del líder del grupo desarticulado.